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AGROEXPORTACIONES SUPERAN NIVELES PREPANDEMIA EN ENERO-AGOSTO, PERO MANTENER ESTE DESEMPEÑO REQUERIRÁ SEGUIR APOSTANDO POR EL SECTOR
Por ComexPerú / Publicado en Octubre 22, 2021 / Semanario 1095 - Comercio Exterior
En agosto pasado, las agroexportaciones consolidaron ocho meses de crecimiento, pues alcanzaron US$ 4,833 millones acumulados desde enero, lo que significó un incremento del 17% con respecto a lo registrado durante el mismo periodo de 2020. Si bien este desempeño se situó por detrás de los resultados del total de exportaciones, las cuales registraron un crecimiento del 44.3%, es importante resaltar que la cifra alcanzada por el sector también representa un incremento considerable con relación a 2019, lo cual significa que el resultado fue poco influenciado por un “rebote estadístico” incentivado por la pandemia.
En particular, los envíos entre enero y agosto de 2019 ascendieron a US$ 4,155 millones, de manera que lo acumulado al octavo mes del presente año representó un crecimiento del 16.3%. Este desempeño superó el incremento promedio de las exportaciones (+14.2% durante el mismo periodo), y solo se situó detrás del sector minero (+22.1%).
Al respecto, las paltas frescas o secas se posicionaron como la principal agroexportación durante el periodo de enero a agosto 2021, al sumar envíos por US$ 1,003 millones, lo que significó un incremento del 39.1% respecto de 2020, pero también un 36.1% respecto de 2019. Es decir, a pesar del menor revés observado el año pasado por la pandemia, los envíos de este producto mantienen un crecimiento considerable, lo cual ha permitido que ahora las paltas frescas o secas representen un 20.8% del total de las agroexportaciones durante el periodo en cuestión.
Por su parte, las exportaciones de uvas frescas ascendieron a US$ 519 millones (+22.4% respecto al mismo periodo de 2020) y representaron un 10.7% de los envíos agrícolas. Seguidamente, se situaron los mangos frescos o secos, con US$ 232 millones (+8%), que acumularon una participación del 4.8%, mientras que los arándanos se ubicaron en el cuarto puesto, con US$ 229 millones (+17.3%; 4.7% del total). Los espárragos frescos o refrigerados ocuparon el quinto lugar, con US$ 225 millones (+11.3%; 4.7% del total), seguidos por las exportaciones de café, con US$ 224 millones (-9.4%; 4.6% del total).
Es importante considerar que estas seis partidas concentraron el 50.3% de nuestras agroexportaciones durante el periodo enero-agosto 2021, participación similar a la registrada durante el mismo periodo de 2020 (48.5%) y 2019 (46.6%). Por ello, para continuar aprovechando los beneficios del libre comercio, será necesario contemplar mecanismos para incrementar la productividad y la competitividad de nuestros principales productos. Esto, sobre todo, al considerar la enorme capacidad de desarrollo que mantienen, pues en los últimos años varios de estos han conquistado el mercado mundial.
¿Y CÓMO AUMENTAMOS LA COMPETITIVIDAD?
En primer lugar, es necesario reconocer que el sector agrícola es complejo, pues enfrenta elevadas tasas de informalidad y empleos vulnerables, pero también mantiene una temporalidad en su producción que no se observa con la misma intensidad en otros sectores (ver Semanario 1094). Estas condiciones se traducen en necesidades para facilitar la contratación, como una mayor flexibilidad que permita rotaciones por temporadas de cosecha y menores gravámenes laborales que responden a la menor productividad laboral del sector[1], la cual limita la capacidad de los empleadores de otorgar mayores beneficios a los trabajadores o, inclusive, de tan solo acceder a la formalidad.
Como se mencionó en el semanario anterior, a pesar de que pueden mejorarse, esto fue contemplado en la versión original del Régimen Laboral Agrario, pero tras sus modificaciones del año pasado se generaron migraciones masivas al Régimen General, y se perdió competitividad en el proceso.
El departamento más afectado fue Ica pues, en diciembre 2019, del total de 100,906 trabajadores formales en el sector agrícola, 97,481 estaban afiliados al Régimen Laboral Agrario (96.6% de los puestos de trabajo). No obstante, tras las modificaciones, en diciembre de 2020, la proporción de trabajadores agrícolas afiliados a dicho régimen disminuyó considerablemente al 17.9%, lo que significa una migración masiva de trabajadores formales a otros regímenes que no reconocen las características del sector, sobre todo al Régimen General, el más oneroso.
El segundo más afectado fue La Libertad, que pasó de una proporción de trabajadores formales agrícolas afiliados al Régimen Laboral Agrario del 96.3% en diciembre 2019 a solo el 29.7% en diciembre 2020. Lamentablemente, esta situación se repitió en Lambayeque, Tumbes, Piura y Arequipa. Si bien cada departamento mencionado mantiene características particulares, la mayoría mantiene una en común: explican gran parte de nuestras principales agroexportaciones.
Debido a ello, las exportaciones más afectadas por las modificaciones al Régimen Laboral Agrario serían las de uvas frescas, pues los departamentos de Ica, Piura, Lambayeque y La Libertad exportaron, en conjunto, US$ 1,008 millones el año pasado, un 97.5% del total exportado a nacional. El segundo producto más afectado serían los espárragos frescos o refrigerados (un 86.2% de los envíos nacionales se concentraron en los departamentos más perjudicados), seguidos por los mangos frescos o secos (83%), los arándanos (78.6%) y las paltas frescas o secas (66%).
Cabe mencionar que existen otros productos que también serían afectados por las modificaciones del Régimen Laboral Agrario y sus consecuencias, pero sorprende la pérdida de competitividad que enfrentarían cinco de nuestras principales agroexportaciones en materia de contratación formal.
Asimismo, estos resultados también permiten inferir que, si bien debía mejorarse la versión original de dicho régimen, contribuyó considerablemente a la consolidación del sector agroexportador peruano. Esto evidencia la necesidad y urgencia de un nuevo régimen especializado que subsane los errores del primero y revierta la pérdida de competitividad que actualmente se está generando.
Lamentablemente, tanto la necesidad de un nuevo régimen especializado como la de apostar por una mayor productividad a través de la innovación agraria son temas no abordados en los ejes prioritarios de la Segunda Reforma Agraria. Esta situación solo se traducirá en mayores complicaciones para un mejor posicionamiento de nuestras principales agroexportaciones internacionalmente, pues ya en años previos se evidenciaba el rezago en productividad por hectárea cosechada o en la cantidad de cultivos generados respecto de los principales productores de paltas, cafés y uvas (ver Semanario 1056), lo cual no es ajeno a la realidad de varios otros cultivos nacionales.
[1] Según estimaciones del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), la actividad agraria mantiene la menor productividad laboral sectorial desde 2007.
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