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AL CIERRE DEL TERCER TRIMESTRE DEL AÑO, SUBEMPLEO EN LIMA SUPERÓ LOS DOS MILLONES DE PUESTOS DE TRABAJO
Por ComexPerú / Publicado en Octubre 23, 2020 / Semanario 1048 - Economía
Los efectos de la pandemia sobre el mercado laboral no se limitan únicamente a la disminución de puestos de trabajo, sino que también están moldeando su estructura. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en Lima Metropolitana, la población económicamente activa (PEA), aquella que se encuentra laborando o buscando activamente un trabajo, en el tercer trimestre del año, alcanzó las 4,492,000 personas, lo cual significó una contracción de 736,000 personas con respecto al mismo periodo de 2019. Dicho desempeño no sorprende si se considera la paralización económica que se llevó a cabo para mitigar la expansión de la COVID-19 y su consecuente efecto en el desempeño de diversos sectores, agravado por las demoras en la reanudación.
Al respecto, el INEI reporta que, en el tercer trimestre de este año, la población adecuadamente empleada[1] disminuyó un 46.9% con relación al mismo periodo del pasado, con apenas 1,687,000 puestos de trabajos generados. Esta situación se explicaría por el desempeño del sector servicios, el cual contribuyó con 1 millón de puestos, el 62.4% del total, pero que se redujo en casi la mitad de lo que registraba en el mismo periodo de 2019, cuando generó 1.9 millones. Por su parte, el sector comercio, el segundo mayor generador de empleo en la capital, se redujo un 50.3%, y el sector manufactura fue el tercero, con un 48.3% menos.
No obstante, como comentamos en el Semanario 1044, estos últimos dos sectores resultan particularmente sensibles al consumo, de manera que, si bien la evolución del empleo agregado ilustra las complicaciones que enfrentan, la evolución de la masa salarial resulta más precisa. En particular, de acuerdo con el INEI, esta habría disminuido un 34.4% en el tercer trimestre respecto del mismo periodo del año pasado. Esto se explicaría por la contracción en los ingresos para cada rama de actividad, la cual se agudiza en el sector construcción, con una disminución del 28.2% con relación al mismo trimestre de 2019. Cabe resaltar que, si bien esto resulta una mejoría en cuanto al desempeño del segundo trimestre, cuando la masa salarial cayó un 59.7%, todavía existe una notoria reducción en la capacidad adquisitiva de los limeños que perjudica la recuperación de diversos sectores al limitar sus ventas.
¿CÓMO RESPONDEN LOS LIMEÑOS A LOS MENORES INGRESOS?
Debido a que la paralización de actividades para mitigar la expansión de la COVID-19 se tradujo en una reducción de la demanda laboral y privó a varios trabajadores de la oportunidad de acceder al empleo, se generó una necesidad en ellos de encontrar una alternativa. Más aún, los últimos resultados de la Encuesta Permanente de Empleo, llevada a cabo por el INEI, evidencian que las crecientes tasas de desempleo en Lima Metropolitana, que ascendió al 16.5% en el tercer trimestre de este año , se explican principalmente por ceses de contratos en vez de aquellos que todavía no encuentran un nuevo empleo. Esta situación no sorprende si se considera la rigidez que caracteriza al mercado laboral peruano (ver Semanario 1026).
Ante esta situación, existen dos mecanismos comunes que las personas, en el mercado laboral peruano, suelen utilizar para continuar laborando: acceder a la informalidad o a una condición de subempleado. En particular, el primero resultaba bastante común para nuestro país y se agudizaría a raíz de la presente pandemia, tanto que el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) estimó que el sector informal acogería al 72.5% de la PEA ocupada para finales del año. Empero, también resulta relevante analizar qué está sucediendo con el subempleo, pues este implica un desaprovechamiento de las habilidades, calificaciones o experiencias de los trabajadores debido a la imposibilidad que presenta para laborar adecuadamente, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Al respecto, el subempleo aumentó a los 2,063,000 puestos de trabajo en la capital durante el tercer trimestre de 2020, con lo cual incrementó su participación a un 55% del total de empleos existentes en Lima Metropolitana, mientras que en el mismo periodo de 2019 representaba solo un 35.5%. De esta manera, el subempleo por ingresos[2] ascendió al 26.5% de la PEA ocupada, unos 5.7 puntos porcentuales adicionales al mismo periodo del año pasado. Por su parte, el subempleo por horas[3] lo hizo al 19.4%, con lo que superó el promedio de Latinoamérica y el Caribe registrado en 2019, el cual fue del 8.1%, de acuerdo con la OIT.
En ese sentido, si bien el BCRP espera que la PEA ocupada se recupere a finales del año, debemos apuntar que esto no significaría similares condiciones del mercado laboral a las registradas en 2019, pues tanto la informalidad como el subempleo resultarán mayores. Hoy más que nunca se requieren políticas eficaces para incentivar el empleo formal, pero que resulten lo suficientemente potentes para reubicar a la población subempleada. Esto, a su vez, dependerá de las facilidades que se otorguen para una completa reanudación de las actividades.
[1] Se refiere a aquellos trabajadores que voluntariamente laboran menos de 35 horas sin desear trabajar más o cumplen con las horas de una jornada laboral habitual, y que perciben un ingreso igual o mayor al ingreso mínimo referencial, el cual, a agosto de 2018, ascendía a S/ 972.8, según el INEI.
[2] Se refiere a los trabajadores que perciben ingresos menores al valor de productividad laboral o inferior al percibido por otras personas con similares habilidades o conocimientos.
[3] Se refiere a los trabajadores que acceden a laborar menos horas que aquellas que desearían, debido a la poca oferta de empleo.
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