¿Esto no es lo que estabas buscando?
Vuelve a definir los parámetros de tu búsqueda.
Algodón: ¿cómo recuperar nuestro “oro blanco”?
Por ComexPerú / Publicado en Noviembre 07, 2016 / Semanario 868 - Actualidad
![](https://www.comexperu.org.pe/upload/images/act-1-101117-032738.jpg)
La
última semana de octubre los productores algodoneros de Ica anunciaron
protestas para exigir mejores incentivos por buenas prácticas agrícolas, de
unos S/ 1,500 por hectárea, en lugar de recibir semillas certificadas de parte
del Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri), así como créditos a través de
Agrobanco. Este descontento por parte de los algodoneros no ha surgido de la
noche a la mañana, ya que el cultivo de este producto, considerado “bandera”
desde 2005, viene sufriendo un estancamiento desde hace varios años.
De acuerdo con cifras
del Minagri, en la década pasada la superficie cosechada tuvo una grave caída, al
pasar de 93,250 hectáreas en 2005 a 26,711 hectáreas en 2015; en tanto que la producción
de algodón disminuyó de 207,316 toneladas en 2005 a 70,200 toneladas en 2015. Este
decrecimiento, como era de esperarse, ha impedido abastecer a la industria
textil local, por lo que, poco a poco, las importaciones de algodón, fibras e
hilados han crecido en forma paralela a la pérdida de productividad y
competitividad del algodón peruano. Tal como señalamos en el Semanario N.° 853, producimos
tan solo un 40% del algodón destinado a consumo interno.
La
situación anteriormente descrita se da por una serie de factores. En primer
lugar, por la baja rentabilidad frente al algodón producido con semillas
genéticamente modificadas en otras partes el mundo, como por ejemplo en India y
Vietnam, donde se siembra y cosecha algodón con mejores rendimientos y menores
costos, lo que beneficia a toda la cadena del sector textil y confecciones, a
las cuales el agricultor peruano no puede acceder por efecto de una moratoria absurda
e injustificable a los transgénicos en nuestro país (ver Semanario N.° 855).
En
segundo lugar, por la falta de flexibilidad del mercado laboral y sus elevados
costos de contratación y despido. Asimismo, por la caída del precio internacional
del algodón en los últimos años y, finalmente, por la sustitución de
plantaciones de algodón por otras más rentables, como el arroz y la uva en
Piura. Todo esto ha generado que, hoy en día, el algodón sea visto por los
agricultores como un producto poco rentable, que requiere de una ayuda directa
por parte del Estado.
Evidencias de la
ciencia…
Nuestro
país vecino, Colombia, viene avanzando a pasos agigantados para recuperar su
producción de algodón, la cual se encuentra en similar situación que la nuestra.
¿Cómo planea reflotarla? La iniciativa la han tomado los productores del Valle
del Cauca, un departamento situado al suroeste del país. De acuerdo con medios
colombianos, en dicho departamento los agricultores algodoneros, convencidos de
sus potenciales beneficios, vienen apostando por la introducción de la semilla
transgénica de algodón. El algodón transgénico contiene una modificación
genética que le otorga resistencia frente a ciertos insectos y plagas. Si bien
el costo de la semilla modificada es relativamente mayor que el de las semillas
tradicionales, se disminuye el uso de pesticidas en gran magnitud, lo que
genera un mayor ahorro para los productores. Según los agricultores
colombianos, para un aproximado de cuatro hectáreas de cultivo, se requerían 24
aplicaciones de insecticidas con la semilla tradicional, mientras que gracias a
la semilla transgénica solo se requieren dos aplicaciones.
Además
del uso del algodón transgénico, la industria textil colombiana fomentó mayores
flexibilidades laborales, como la contratación semanal. Entre otras posibles
medidas, se han planteado la asociatividad entre los pequeños productores para
generar economías de escala que otorguen una mayor rentabilidad, así como poner
énfasis en la producción de algodón de alta gama para aprovechar su mayor
precio. A ello se añade la posibilidad de financiamiento para los pequeños
agricultores a través de líneas de crédito.
Sabemos
que las acciones de modificación genética no podrían replicarse actualmente en
el Perú, debido a la moratoria existente para la importación y producción de
semillas genéticamente modificadas establecida en 2011. Claramente, esta ley
está generando una desventaja competitiva frente a los productores extranjeros.
Es momento de poner en agenda la flexibilización y, por qué no, la eliminación de
la moratoria, así como evaluar el ingreso a nuestro país de semillas
transgénicas utilizadas en producción industrial, como el algodón, a fin de
aprovechar sus potenciales beneficios para el sector algodonero; además de
implementar una mayor flexibilidad laboral en el mercado de trabajo.
Apostar por el desarrollo de la producción algodonera beneficiará no
solo a este sector, sino a la industria textil peruana, a través de un insumo
de mejor calidad y a menor precio.
ARTÍCULOS RECOMENDADOS