La crisis de la pandemia impactó fuertemente en el mercado laboral a nivel global, pero los jóvenes han sido los más afectados. Como indica la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2020, este grupo etario disminuyó un 8.7% en 2020 respecto de 2019, en contraste con los adultos, grupo que se contrajo un 3.7%.

Una de las principales razones de ello, como indica el reporte de la OIT, es que los jóvenes conforman gran parte de solicitantes de nuevos empleos. Dado al cierre de actividades ocasionado por la crisis pandemia, las empresas dejaron de contratar, es así como este grupo se vio afectado. Otro factor importante es que este grupo es fácil y barato despedir, puesto que sus trabajos tienen menos formas de protección laboral dado que son temporales o informales. Finalmente, los jóvenes que trabajan por cuenta propia son más vulnerables al cese de la actividad económica. 

El Perú no ha sido ajeno a esta situación. En 2020, el empleo se contrajo un 13% con respecto a 2019, lo cual significó una pérdida de 2.23 millones de puestos de trabajo, de acuerdo con el Informe anual de desempeño del mercado laboral peruano elaborado por ComexPerú. Según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI), con el grupo de jóvenes, población entre 14 y 24 años, alcanzó una tasa de desempleo máxima del 18.5% en 2020, en contraste con el grupo de adultos que alcanzó un 11%. Para el tercer trimestre de 2021, como se puede observar en el gráfico, hay una ligera recuperación para los dos grupos etarios; no obstante, aún existe una notoria brecha en la tasa de desempleo entre el grupo de jóvenes (10.6%) y adultos (4.7%).

De acuerdo con el INEI, en 2021 la población económicamente activa (PEA) en Lima Metropolitana fue de 5.1 millones de personas, un 17.7% más que en 2020, pero un 2.8% menos que en 2019. Asimismo, la PEA aumentó en todos los grupos de edad. En particular, en los jóvenes se incrementó en 19.8% y en los adultos un 12.9%. 

A pesar del aumento de la PEA en la población joven en 2021, esta solo representó un 18.9% (936,000 personas) del total, mientras que los adultos representaron el 50.8% (2,596 miles de personas). Cabe mencionar que aún no se superan los niveles previos a la pandemia.

En cuanto al empleo adecuado, en 2021, este fue de 2.4 millones de personas, un 17.6% más que en 2020, pero un 25.7% menos que en 2019. Además, en la población joven y adulta aumentó un 15.1% y un 15.4%, respectivamente, con respecto a 2020. Pese a que el empleo adecuado de la poblacion joven aumentó el año pasado, este grupo solo representa el 10.3% (243,300 personas) del total; en contraste, los adultos son el 57.5% (1,355 miles de personas).

Como se aprecia, la brecha entre adultos y jóvenes en el mercado laboral persiste. Si analizamos el subempleo, esta situación empeora. En 2021, la población subempleada por insuficiencia de horas (es decir, aquella que trabaja menos de 35 horas a la semana pese a poder y querer trabajar más) en Lima Metropolitana ascendió a 664,000 personas, un 5.1% menos que en 2020, pero un 23.8% más que en 2019. 

La población adulta subempleada por insuficiencia de horas en 2021 se redujo un 11.9%, mientras que la población joven se incrementó un 10.8%. Asimismo, los jóvenes y adultos representaron un 18.7% (124,000 personas) y un 46.9% (311,000 personas), respectivamente.

En relación con el subempleo por ingresos (es decir, las personas que reciben bajos ingresos a pesar de trabajar 35 horas o más a la semana) este fue de 1.5 millones personas, un 43.5% y un 39.7% más que en 2020 y 2019, respectivamente.

La población adulta subempleada por ingresos se incrementó un 54,1% y la población joven, un 44% con respecto a 2020. Asimismo, los jóvenes y adultos representaron el 24% (372,000 personas) y el 44.6% (689,000 personas), respectivamente.

Por otro lado en el Semanario 1083, el mercado laboral, particularmente, el de los jóvenes, presenta problemas estructurales desde hace décadas. Entre ellos, la alta tasa de informalidad y desempleo, que alcanzó el 81.4% y el 13.1% en 2020, respectivamente. Asimismo, el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), en 2018, catalogó el empleo juvenil como de pésima calidad, con un 75.2% de los jóvenes que percibían bajas remuneraciones, carecían de estabilidad laboral, protección social y trabajaban jornadas excesivas.

Ante esta problemática de carácter complejo y multidimensional el Gobierno en 2009 aprobó el Plan Sectorial de Acción para el Empleo Juvenil con el objetivo de contribuir a la inserción laboral de los jóvenes, logrando en ellos la obtención de trayectorias laborales satisfactorias, considerando la importancia de la educación y la formación. Asimismo, en 2011, se creó el Programa Nacional de Empleo Juvenil “Jóvenes Productivos” con la finalidad de insertar a los jóvenes de 15 a 29 años, de escasos recursos económicos y/o en situación de vulnerabilidad de la población rural y urbana, a través de su capacitación y fomento al acceso de mercado de trabajo formal.

De acuerdo con el Ministerio de Economía y Finanzas, en 2021, este programa recibió un presupuesto de S/ 18 millones, un 40.9% más que en 2020 (S/ 13 millones), pero un 38.8% menos que en 2019 (S/ 30 millones). No obstante, la tasa de ejecución ha sido del 12.4%, es decir, 8 puntos porcentuales menos que en 2020 (20.6%). Estas cifras son bastantes desalentadoras, puesto que, a pesar de los grandes problemas que enfrenta el mercado laboral juvenil, la ejecución en este tipo de programas no ha superado el 20% en todos estos años.

Una vez más, se evidencia que uno de los grandes problemas del Gobierno al combatir estos problemas es la gestión. Los jóvenes, como se ha mencionado, están enfrentando altas tasas de informalidad y desempleo. La promoción del empleo a través de la inversión privada es necesaria y urgente en nuestro país.