Comenzado el año 2020, diversas instituciones públicas empiezan a actualizar sus números para dar a conocer cómo les fue a los diversos sectores de la economía peruana en 2019. En esta oportunidad, utilizaremos la data más reciente para responder cómo le fue al turismo en dicho año.

Empecemos por cómo le fue al Perú como atractivo turístico para el mundo. A diferencia de años anteriores, en 2019, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) ajustó la llegada de turistas internacionales al excluir el número de venezolanos en calidad de migrantes (que antes sí eran contabilizados como turistas). Este es un cambio importante que debiera aplicarse también en las cifras de los años anteriores si se buscase realizar alguna comparación, ya que, de no hacerlo, por ejemplo, se obtiene que el arribo de turistas extranjeros el año pasado disminuyó un 1.1% con respecto a 2018[1].

No obstante, si hacemos el simple ejercicio de descontar a este país de los cálculos oficiales, en aras de tener un panorama más claro sin el “efecto Venezuela”, obtenemos que el Perú recibió 4,271,931 turistas internacionales, es decir, un crecimiento del 5.4%. De hecho, de los cinco países con mayor flujo de turistas hacia nuestro país, cuatro experimentaron una subida en 2019. Así, desde Chile, el país de donde proviene la mayor cantidad, nos visitaron 1,196,234 turistas, un 3.2% más respecto de 2018. Desde EE.UU. recibimos 656,991 (+2.5%); desde Ecuador, 339,486 (+15.8%); y desde Colombia, 223,943 (+2%). Solo desde Argentina recibimos menos turistas: 214,608 (-0.7%).

Cabe resaltar, a su vez, que el ingreso de divisas generado por los no residentes (turismo receptivo) también aumentó. Hasta el tercer trimestre de 2019, se generaron US$ 3,904 millones, un 6.7% más de lo que se obtuvo en ese periodo en 2018.

Veamos ahora lo que se refiere a la actividad turística propiamente. Según la data disponible más reciente del Mincetur, en 2019, se registraron aproximadamente 13.6 millones de visitas a sitios turísticos, museos y áreas naturales protegidas por el Estado[2]. Esto significó un leve aumento del 0.6% con relación a 2018. En cuanto a las zonas visitadas, no es sorpresa que las visitas se centraran en Cusco, departamento que agrupó a un 49.5% de estas. Los departamentos más visitados que le siguen son Ica (8.6%), Lima (6.4%), Áncash (4.2%) y Puno (3.8%).

En términos económicos, el sector experimentó resultados mixtos. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la producción generada por las agencias de viajes y operadores turísticos disminuyó un 0.3% en 2019, producto de una menor demanda de paquetes, tours, excursiones, etc., ante problemas de clima y conflictos sociales. En cambio, el turismo contribuyó al crecimiento del 4.7% en el sector de alojamiento y restaurantes, gracias a una mayor actividad en las fiestas, celebraciones y feriados.

TEMAS PENDIENTES

Estos resultados reflejan que nuestro turismo tuvo un buen desempeño en 2019. Pero, evidentemente, ello no significa que no haya problemas por resolver. A partir de los mismos atractivos, por ejemplo, el Mincetur ha identificado que existe una enorme brecha de calidad en los servicios ofrecidos[3]. De un grupo de 472 recursos turísticos tangibles[4] priorizados por el ministerio, a 2020, el 92.1% no brinda servicios turísticos adecuados, al no implementar instalaciones, herramientas de gestión o capacitaciones y asistencia técnica para los distintos actores involucrados en su manejo. Inclusive, en 13 de los 24 departamentos, esta brecha asciende al 100% de los recursos priorizados.

Por otro lado, la puesta en valor de los atractivos turísticos no depende únicamente de la conservación del patrimonio. Factores como una elevada informalidad, redes viales no afirmadas o una alta tasa de delincuencia pueden volver cualquier escenario poco atractivo para el turista, como en el caso de nuestro principal destino turístico, Machu Picchu (ver semanarios 980 y 984), o el complejo arqueológico de Kuélap (ver Semanario anterior), por citar algunos casos. Por ello, es importante una ejecución firme de planes de gestión territorial a nivel local para ofrecer una mejor experiencia.

Finalmente, existen políticas de mayor envergadura que necesitan sacarse adelante para impulsar el sector, tales como la modernización de los aeropuertos regionales (ver Semanario 999), la ampliación del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez y su conectividad con la zona hotelera de la capital, y el desarrollo del turismo corporativo. Además, como complemento, es importante que el Mincetur cuente con regulaciones modernas en torno al uso de herramientas digitales de intermediación de viviendas, de forma que no las limiten o restrinjan, en perjuicio de la oferta turística y la demanda de los propios turistas, sino que nos posicionemos como un país atractivo para el segmento de visitantes que busca esos servicios. El cumplimiento de estos objetivos requerirá no solo de un arduo y serio trabajo del Gobierno, sino también de la participación del sector privado que, como hemos comentado en varias oportunidades, posee una alta eficiencia para ejecutar y gestionar inversiones.

Son estos los aspectos clave para impulsar el turismo en 2020. Falta dar el paso adelante.

[1] En 2018, el Mincetur registró el ingreso de 367,739 turistas venezolanos con permiso temporal de permanencia, mientras que en 2019 fueron solamente 99,856 (-72.9%), producto de su ajuste.

[2] De estos 13.6 millones, 7.1 millones corresponden a visitas de peruanos y 6.5 millones a visitas de turistas internacionales.

[3] Se puede acceder al reporte correspondiente en el siguiente enlace.

[4] Los recursos turísticos son aquellos compuestos por sitios naturales, manifestaciones culturales (lugares arqueológicos o históricos), el folclore (tradiciones, costumbres, etc.), realizaciones técnicas, científicas o artísticas contemporáneas, y acontecimientos programados para la atracción de turistas. Existen registrados 4,794 recursos turísticos, de los cuales 4,110 se consideran tangibles.