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¿De la oscuridad a la luz?
Por ComexPerú / Publicado en Marzo 06, 2017 / Semanario 882 - Actualidad
La
electricidad es una fuente de energía que impulsa la actividad económica,
posibilita el comercio internacional, mantiene el buen funcionamiento de los
mercados y genera bienestar al permitir que los ciudadanos puedan tener una
mejor calidad de vida. Es decir, sin electricidad no sería viable el
funcionamiento de la economía global. En consecuencia, su suministro constituye
un servicio público clave para operar procesos industriales y sostener el
consumo de los usuarios residenciales. A continuación, veamos cómo se encuentra
el sector en el Perú.
De
acuerdo con el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), en 2016, la producción
del sector “Electricidad y Agua” se incrementó un 7.3%, con lo que representó
un 1.86% del PBI. Así, el sector viene creciendo por más de una década de
manera ininterrumpida, y el último año ha sido el de mayor dinamismo en el
último lustro. No en vano el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en
inglés) ubicó al Perú en el puesto 20, entre 126 países, en el Índice de
Rendimiento de la Arquitectura Energética Global de 2016, por encima de países
como Brasil (25), Chile (38) y México (49).
Asimismo,
según el Comité de Operación Económica del Sistema Interconectado Nacional
(COES), la producción de energía eléctrica fue de 48,326.42 GWh en 2016, lo que
representó un incremento del 8.5% respecto a 2015. Su producción se basó,
principalmente, en energía hidroeléctrica (47.6% del total) y termoeléctrica
(46.5%), y tuvieron menor participación el carbón/diésel (3%), la energía
eólica (2.2%), la solar (0.5%) y el biogás/bagazo (0.3%) (ver Semanario N.° 848).
Cabe
mencionar que, en el mercado de energía eléctrica, existen usuarios regulados,
que son suministrados por las distribuidoras, y usuarios libres, que pueden ser
suministrados por distribuidoras o tener sus propios generadores. De acuerdo
con el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin),
hay más usuarios regulados que libres (56% frente a 44%), y estos últimos están
principalmente concentrados en el sector minero (60%), lo que revela su gran
importancia como consumidor de energía en lo que a usuarios libres se refiere,
frente a otros rubros como fundición y cementos.
Coyuntura del mercado: oferta y
demanda
Según
Anthony Laub, socio de Laub & Quijandría Consultores y Abogados,
actualmente, el sector enfrenta un exceso de oferta, lo que ha provocado un
contexto de precios deprimidos. Así, en 2016, la potencia instalada del país
fue 11,420 MW, mientras que la máxima demanda en el mismo periodo fue mucho
menor: 6,492 MW. Esta brecha se ha generado como producto de un cambio en el
escenario. Por un lado, el Estado peruano, a través de ProInversión, ha venido
impulsando fuertes inversiones en el sector, como la construcción de centrales
hidroeléctricas, centrales de reserva fría y el Nodo Energético del Sur, además
de promover las subastas RER (recursos de energía renovable) a través del
Osinergmin. Sin embargo, la coyuntura económica y política ha generado la
paralización de importantes proyectos nacionales de diversa índole
(principalmente, mineros) que tenían previsto consumir grandes cantidades de
energía. Ante este escenario, una de las alternativas más viables a corto plazo
es la de exportar excedentes y promover mayores proyectos mineros, con el fin
de reducir el exceso.
Sin
embargo, a largo plazo sí es importante agilizar proyectos pendientes de
generación y transmisión eléctrica, de manera que se minimicen los riesgos de
una interrupción del suministro eléctrico en el futuro. En este sentido, el
Gasoducto Sur Peruano (GSP) tendrá un impacto energético importante. Si bien de
2017 a 2020, con o sin GSP, la generación de energía será capaz de cubrir la
demanda; a partir de 2021 hasta 2028 existe una expansión incierta, la que se
acentúa hacia 2024, año en que, sin GSP, la demanda superaría la generación de
energía.
Por
tanto, es importante que el Estado siga apostando también por mayores líneas de
transmisión (ver Semanario N.° 854),
especialmente las de mayor voltaje (220 KV y 500 KV), porque conducen
electricidad a grandes distancias y generan menores pérdidas energéticas. Esto
con el objetivo de que todos los peruanos puedan acceder al servicio.
El sector de
energía eléctrica ha crecido con el paso de los años y servido como punto de
apoyo para las diversas actividades económicas del país. Es importante que el
Gobierno logre el destrabe de diversas inversiones e invierta en infraestructura,
con el fin de equilibrar el mercado respecto a su oferta y demanda. Una buena
idea también es exportar energía, en busca de complementariedad energética con
otros países; sin duda, algo prometedor para solucionar problemas de eficiencia
a corto plazo. El objetivo final es uno solo: la provisión del servicio y el
consecuente aumento de la calidad de vida de la población.
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