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DEL TRABAJO Y PROMOCIÓN DEL EMPLEO AL CAPITAL HUMANO
Por Jaime Dupuy / Publicado en Febrero 07, 2025 / Semanario 1243 - Editorial

El Perú enfrenta un desafío estructural que limita su desarrollo económico y social: la alta informalidad laboral. Según cifras oficiales, más del 70% de la población ocupada trabaja en la informalidad, lo que implica condiciones laborales precarias, falta de acceso a la seguridad social y escasas oportunidades de crecimiento profesional. En este contexto, resulta imperativo repensar el enfoque de las políticas públicas en torno al empleo y la productividad.
Actualmente, el país cuenta con un Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) cuya función principal es regular las relaciones laborales y promover el empleo formal. Sin embargo, este enfoque resulta insuficiente en un entorno donde la mayor parte de los trabajadores no están sujetos a la normativa laboral. En su lugar, se requiere una estrategia más amplia y transformadora, que ponga el énfasis en el desarrollo del capital humano y aborde los problemas estructurales del mercado laboral peruano desde una perspectiva integral, enfocándose en mejorar la salud, la educación y las competencias laborales de la población.
Lo que sucedió en Argentina recientemente con la creación de un Ministerio de Capital Humano es un buen punto de partida.
La baja productividad laboral en el país no solo responde a la falta de empleo formal, sino también a deficiencias en la educación y la salud de los trabajadores. Se requiere diseñar y coordinar políticas que garanticen una educación de calidad y acceso universal a servicios de salud adecuados, factores fundamentales para incrementar la competitividad de la fuerza laboral.
En materia educativa, es fundamental mejorar la calidad de la enseñanza básica y técnica, para asegurar que los ciudadanos adquieran competencias alineadas con las demandas del mercado. Asimismo, se debe fortalecer la formación continua y la capacitación profesional, lo que permitirá a los trabajadores adaptarse a los cambios tecnológicos y económicos.
En el ámbito de la salud, una población con acceso limitado a servicios médicos tiende a sufrir mayores niveles de ausentismo, baja productividad y menor esperanza de vida. Un enfoque de capital humano integraría políticas que aseguren la cobertura médica y la prevención de enfermedades, y reduciría así los costos sociales y económicos derivados de problemas de salud pública.
Convertir el MTPE en un Ministerio de Capital Humano no solo beneficiaría a los trabajadores individuales, sino que contribuiría a la competitividad global del país. Países con altos niveles de desarrollo han demostrado que la inversión en educación y salud se traduce en mayor innovación, productividad y crecimiento económico sostenible. El Perú debe seguir este camino, mediante el diseño de políticas públicas que prioricen el bienestar de las personas como base para el desarrollo.
Es momento de superar el paradigma tradicional del empleo y avanzar hacia una visión más amplia del trabajo en el siglo XXI. La formalización laboral no puede depender únicamente de regulaciones laborales; requiere una transformación estructural que garantice que los ciudadanos tengan las herramientas necesarias para prosperar. Un Ministerio de Capital Humano representaría un paso decisivo en esta dirección, y colocaría al Perú en la ruta del desarrollo inclusivo y sostenible.
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