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Desafíos económicos del nuevo Gobierno ecuatoriano
Por ComexPerú / Publicado en Mayo 29, 2017 / Semanario 893 - Economía
El
pasado miércoles, Lenín Moreno asumió la presidencia de Ecuador para el periodo
2017-2021. Para muchos representa la continuidad del gobierno de Rafael Correa;
sin embargo, existe incertidumbre en cuanto a su proceder como mandatario,
sobre todo respecto a cómo logrará enfrentar la recesión que actualmente afecta
al país del norte. En ese sentido, repasaremos cómo se ha desempeñado la
economía ecuatoriana en los últimos años y los desafíos que enfrenta el
Gobierno entrante para recuperar el crecimiento.
De
acuerdo con el Banco Mundial (BM), la actividad económica de Ecuador mantuvo un
crecimiento del 4.3% entre 2006 y 2014, el cual estuvo fuertemente estimulado
por el auge de los precios del petróleo, así como por mayores flujos de
financiamiento externo al sector público. Este mayor ingreso del país favoreció
un aumento importante del gasto público, tanto en inversión en los sectores de
energía y transporte, como en programas sociales. En consecuencia, la pobreza
del país disminuyó 15.1 puntos porcentuales, al pasar del 37.6% en 2006 al
22.5% en 2014.
Sin
embargo, no todo fue color de rosa. La extrema dependencia de la economía
ecuatoriana a las fluctuaciones del precio del petróleo, así como la falta de
promoción a la inversión privada y su dolarización, han puesto en riesgo el
crecimiento del país. En un contexto de menores precios del petróleo y una
apreciación del dólar, la actividad económica de Ecuador mostró una profunda
desaceleración, al pasar de crecer un 4% en 2014 a un 0.2% en 2015 y un -2.2%
en 2016, con lo que ha entrado a un periodo de recesión, según cifras del Fondo
Monetario Internacional (FMI). Asimismo, el nivel de pobreza se quedó estancado
(23% en 2016), el desempleo urbano aumentó del 4.5% en 2014 al 6.5% en 2016, y
el subempleo urbano se incrementó del 11.7% al 18.8%, de acuerdo con el BM. El
último año la economía se vio aún más afectada por el terremoto ocurrido en
abril de 2016, que causó cuantiosos daños a la zona costera del país.
La
situación en Ecuador es particularmente difícil debido a la dolarización de su
economía, dado que la ausencia de una moneda local impide el uso de la política
monetaria para la estabilización. A ello se suma la falta de ahorros fiscales,
los cuales no fueron fomentados durante el periodo del boom de los precios del petróleo para soportar las fluctuaciones
futuras. Como consecuencia, el Gobierno ecuatoriano se vio forzado a reducir la
alta inversión pública y limitar el gasto corriente. Asimismo, se requirieron
fuentes internas y externas de financiamiento para manejar los bajos precios
del petróleo, así como la reconstrucción luego del terremoto; lo que a su vez
provocó un fuerte incremento de la deuda pública, según el BM.
¿Se logrará recuperar el
crecimiento?
El
FMI espera que el crecimiento económico ecuatoriano continúe con cifras
negativas en 2017 y 2018, equivalentes al -1.6% y el -0.3%. Si bien se sigue
enfrentando una recesión, se presenta una ligera mejora respecto al 2016. Ello
se debe a un mayor acceso a los mercados de capitales internacionales, gracias
a la moderada recuperación de los precios del petróleo. No obstante, el
crecimiento aún se encuentra frenado por la apreciación del tipo de cambio real
y el limitado espacio fiscal, dada su desmesurada deuda externa. Otro factor
negativo es la aun trabada inversión privada, debido a la baja competitividad
de la economía ecuatoriana, las rigideces laborales y un marco regulatorio
complejo.
Por
tanto, la situación que recibe Lenín Moreno no es fácil. Para que Ecuador
recupere su nivel de crecimiento, en primer lugar, es necesario promover una
mayor participación del sector privado, lo que se puede fomentar a través de
una simplificación administrativa así como de un marco laboral más adecuado.
Asimismo, se debería impulsar una mayor inversión público privada para
enfrentar las restricciones fiscales y continuar con las obras de
infraestructura en beneficio de la población. Todo ello también favorecerá la
productividad y el empleo del país.
En
segundo lugar, se requiere mayor efectividad en el manejo de la política fiscal
para lograr una estabilidad macroeconómica en el país. Ello también permitirá
mejorar el clima de las inversiones y asegurar la confianza del sector privado.
Finalmente, en materia de comercio exterior, Ecuador requiere fomentar sus
exportaciones no tradicionales, a fin de disminuir su dependencia del petróleo
y las fluctuaciones de sus precios. A su vez, hacen falta menores restricciones
a las importaciones (ver Semanario N.º 892),
las cuales no solo fomentarán una mayor competitividad, sino que afianzarán su
integración a nivel regional.
El nuevo Gobierno ecuatoriano debe mejorar la política
fiscal, implementar reformas estructurales que impacten en la inversión privada
y liberalizar su comercio externo. Solo así logrará recuperar la actividad
económica del país.
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