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El bendito petróleo: perspectivas para 2017
Por ComexPerú / Publicado en Enero 09, 2017 / Semanario 874 - Economía
El que acaba de terminar fue un año de incertidumbre para la industria
petrolera. Luego de la caída de los precios en 2015, se pensaba que el colapso
de la industria estaba a la vuelta de la esquina. Ello no ocurrió y no sabía
qué esperarse del futuro de los precios. A inicios de 2016, ocurrió una nueva
caída en el precio del crudo, lo que generó que países dependientes del
petróleo como Venezuela y Nigeria sufrieran problemas en su presupuesto y se
generara malestar social, así como la quiebra de algunas petroleras alrededor
del mundo. No obstante, no todas las consecuencias de esta caída fueron
negativas. Por ejemplo, Arabia Saudita empezó a planificar una economía menos
dependiente del petróleo, mientras que otras economías impulsaron energías
alternativas y algunas consumidoras de petróleo aprovecharon los precios bajos
para reducir los subsidios a los combustibles. Por otro lado, según The Economist, la regla general es que
por cada 10% de caída en los precios del petróleo aumenta el crecimiento
económico entre 0.1 y 0.5 puntos porcentuales.
Para 2017, la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo)
busca revertir la tendencia descendente del precio del petróleo, que se debió
principalmente a la sobreoferta en el mercado mundial. Esta sobreproducción, comandada
por Arabia Saudita, junto a los demás países miembros de esta organización, presionó
a los productores estadounidenses de shale
oil[1], quienes, debido
al bajo precio del petróleo Brent, han tenido que reducir su producción. Para
ello, la OPEP acordó implementar a partir del 1 de enero de 2017 un plan de
recorte en la producción de sus países miembros, a fin de reducir los
inventarios que aún persisten y presionar al alza el precio. Sin embargo, un
acuerdo como este no aseguraría el total restablecimiento de los precios.
El acuerdo implementado por la OPEP busca limitar la producción de
petróleo luego de 8 años sin restricciones. La meta es que los países miembros
de la organización reduzcan su producción en 1.2 millones de barriles por día
(bpd). Aquellos países no miembros, como Rusia, reducirían su producción diaria
en alrededor de 300,000 bpd. Según la OPEP, el alza de los precios que
generaría el recorte en la producción acordado no impactaría en la demanda de
petróleo, pues estiman que esta se mantendrá en 2017 igual de sólida que en
2016. No obstante, el problema radica en el posible incumplimiento de las
cuotas por parte de los países (lo que es una característica de estos acuerdos),
por lo que encontrar un balance entre oferta y demanda no será una tarea
sencilla.
De acuerdo con Deloitte, 2017 sería un año de difícil camino para el
retorno de los altos precios del crudo, ya que los balances de oferta y demanda
son aún lentos como para regresar a un equilibrio sostenido. El plan de la OPEP
para reducir los inventarios globales de petróleo serviría de apoyo para los
precios del crudo en 2017, incluso si algunos de sus miembros no cumplen con
las cuotas establecidas. Según Deloitte, hay razones para ser positivos y
razones para no serlo.
Las primeras serían las siguientes: i) la reducción de los desbalances de
la oferta; ii) que la mayoría de perspectivas avizoran un equilibrio entre
oferta y demanda en el 2017; iii) la OPEP y el anuncio de recortes en la
producción petrolera; iv) el crecimiento moderado pero constante de la demanda
y v) que las compañías de petróleo han aprendido a operar en ambientes de
precios bajos retornando a operaciones enfocadas en el capital y disciplina en
los costos de operación. Las segundas serían las siguientes: i) que Irán y
EE.UU. podrían producir más; ii) que los inventarios construidos durante las
malas épocas del petróleo tomarán tiempo en reducirse, incluso cuando haya
exceso de demanda, y iii) que la confianza en los proyectos que involucren
altos montos de capital tomará más tiempo en restablecerse en el campo
petrolero.
Por su parte, Goldman Sachs se muestra menos optimista con el resultado
del acuerdo anunciado por la OPEP. Según este grupo, la consolidación de los precios por
encima de los US$ 50 elevará la producción del shale oil, por lo que el acuerdo podría ser pasajero y las cuotas
quedarían sin efecto en el transcurso del año. Asimismo, consideran posible el
aumento en la producción de los países no miembros de la OPEP, debido al
contexto más favorable de oferta y precio, lo que presionaría a la baja el
precio. Por otro lado, según el Banco Mundial, los acuerdos destinados a
influir en los precios de los productos básicos, como el estaño o el café,
históricamente han logrado su propósito por un tiempo, pero luego han
fracasado. Así, la capacidad de la OPEP de afectar el precio del petróleo se
pondrá a prueba cuando se amplíe la oferta de fuentes no convencionales como la
del shale oil.
Predecir el futuro del petróleo es y será una tarea complicada por el
contexto mundial variable, tanto por el lado de la oferta como por el de la
demanda. Sin embargo, el acuerdo anunciado por la OPEP brinda luces sobre el
posible futuro del petróleo en caso se cumpla. Antes de su implementación ya
podían apreciarse sus efectos, pues en el mes de diciembre se observó un alza
en el precio del petróleo Brent. Así, en 2017 podría esperarse un escenario
similar.
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