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EL FENÓMENO DE EL NIÑO GLOBAL PONE EN JAQUE LA INFLACIÓN DE LOS ALIMENTOS DE AQUÍ HASTA 2024
Por ComexPerú / Publicado en Junio 23, 2023 / Semanario 1170 - Hechos de Importancia
Aunque la inflación en el mundo pospandemia es una preocupación recurrente para varias economías, quizás el problema más difícil que estas enfrentan actualmente es que su componente más sensible, social y políticamente hablando, continúa elevado y sin señales de bajar sustancialmente. Estamos hablando de la inflación alta y persistente de los alimentos.
El nivel de precios de este tipo de productos no es tan elevado como el pico que hubo en 2022, causado mayormente por la guerra entre Rusia y Ucrania; sin embargo, no deja de estar en rangos muy preocupantes en lo que va de 2023. Según un reporte de seguridad alimentaria del Banco Mundial, entre enero y abril del presente año, la gran mayoría de países ha experimentado una inflación de sus alimentos domésticos de entre el 5% y el 30%, en especial con cifras de dos dígitos. Por niveles de ingreso, el 70.6% de países de bajos ingresos se encuentran en dicho rango, el 81.4% en el caso de los países de ingresos medios bajos, el 84% para los de ingresos medios altos y el 80.4% para los de ingresos altos. En términos generales, la inflación de los alimentos ha excedido la inflación promedio (de todos los productos) en el 84.5% de 161 países.
Este escenario supone una importante encrucijada para los Gobiernos, dado que tener una población que no puede afrontar el costo de alimentarse es simplemente insostenible. Por un lado, impone un gran peso en la política monetaria, ya que llama a los bancos centrales a elevar sus tasas de interés para revertir el alza de los precios. No obstante, como vimos en el Semanario 1166 con el caso de EE. UU., elevar sin reparo las tasas podría dañar las economías a tal punto que la actividad privada se contraiga demasiado, algo que ningún país busca en un contexto en el que se requiere impulsar el crecimiento.
Por otro lado, no tomar medidas inmediatas supondría un gran costo social, pues la salud alimentaria de las personas está en juego cuando no pueden acceder a alimentos básicos y nutritivos. En el Perú, ya hemos visto cómo la prevalencia de la anemia (ver Semanario 1164) se incrementó en 2022, en parte debido a una alta inflación en productos ricos en hierro. Vale recordar que estos efectos son mucho más fuertes para la población de menores recursos, ya que es la que destina una mayor parte de sus ingresos al consumo de la canasta básica.
Lastimosamente, el futuro próximo no es para nada alentador. Ya la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU. ha confirmado que el fenómeno de El Niño Global se producirá en lo que resta de 2023 y el verano de 2024; esto significa que diversos eventos climáticos extremos ocurrirán a lo largo del planeta y probablemente pondrán en jaque las cadenas de suministro, situación que a su vez generaría nuevas presiones sobre la ya alta inflación de los alimentos. Estimaciones del Banco Central Europeo, por ejemplo, señalan que el aumento en la temperatura de tan solo un grado ocasionado por el Niño puede incrementar el precio de los alimentos un 6% en un año. Dado que se espera que esta aparición del fenómeno climático sea una de las más calientes registradas históricamente, muchos señalan que los altos precios de los alimentos se prolongarán de forma considerable.
Para nuestro país, este evento es incluso más significativo porque ocurrirá junto con el fenómeno de El Niño Costero, que afecta la zona del océano Pacífico que está frente a nuestra costa. El peligro que se cierne sobre los peruanos es gigante. Solo enfocándonos en el apartado de los precios, el último Reporte de Inflación del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) mostró que los años en los que hubo un gran incremento en los precios de los alimentos fueron 2017 (cuando ocurrió el último fenómeno de El Niño Costero) y 2022 (cuando se produjo el pico en los precios a nivel global), periodos en los que la pobreza se incrementó pese a tener un crecimiento positivo del PBI. De hecho, según el BCRP, el año del que venimos ha sido aquel en el que las líneas de pobreza monetaria por departamento, que están en función del costo de una canasta alimenticia, crecieron más desde que se tiene registro. ¿Qué pasará en 2023 y 2024?
Ciertamente, lo experimentado en los primeros meses del presente año no ha sido más que el preámbulo de lo que se avecina. Los estragos de la naturaleza serán más fuertes que antes y, con ello, los impactos sobre la población, que se verán no solo por la destrucción física, sino también por un mayor costo de alimentos, que puede llevar a muchos a la pobreza. Es vital que el Estado, y en especial los Gobiernos subnacionales (Gobiernos regionales y municipalidades), hayan aprendido la lección y se concentren en las medidas de prevención necesarias para enfrentar un fenómeno de El Niño que debe ser el centro de las políticas públicas durante el próximo año y medio.
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