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INFRAESTRUCTURA Y CONECTIVIDAD
Por Jessica Luna / Publicado en Noviembre 27, 2020 / Semanario 1053 - Editorial

La libre competencia en la industria aeronáutica, sumada a la inversión en infraestructura aeroportuaria y la promoción de destinos, han permitido que nuestro país cuente con una mayor conectividad tanto doméstica como internacional.
Hoy enfrentamos una de las peores crisis económicas de la historia, el desplome del turismo y el peor año de la industria aeronáutica. Por ello, la inversión en infraestructura, que permita mejorar la conectividad del país, es una tarea impostergable, y es precisamente ahora que debemos aprovechar para avanzar con esta tarea pendiente, a fin de estar en mejores condiciones cuando el sector se empiece a reactivar y regrese el turismo.
En este sentido, urge la ampliación del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, sin dejar de lado los trabajos del nuevo terminal, y así evitar un nuevo colapso; pero también es importante retomar la concesión del tercer grupo de aeropuertos regionales, que incluyen destinos como Chimbote, Tingo María, Yurimaguas y Rioja. En estas ciudades, los aeropuertos tienen problemas de pista y solo pueden entrar aviones pequeños, por lo que tienen limitada conectividad.
Esta inversión en infraestructura —sumada a la promoción del destino— no solo generará empleos y dinamizará las actividades conexas, sino que sentará las bases para recuperar el dinamismo del turismo.
El desarrollo de la infraestructura aeroportuaria nacional ha tenido resultados muy positivos. Los pasajeros nacionales han crecido más de 5 veces en los últimos 15 años, al pasar de 2.7 millones en 2006 a 13.9 millones en 2019. Antes de la concesión de los aeropuertos nacionales, 120,000 pasajeros nuevos viajaban por el Perú cada año; hoy la cifra es de 900,000 nuevos pasajeros. Además, las tarifas de los pasajes han disminuido a lo largo de los años, a pesar de los aumentos en impuestos y tasas. Según estimaciones, la reducción de la tarifa media sería del orden del 49% entre 2009 y 2017.
Hace unos años, pocos creían en destinos como Ayacucho, Jaén, Jauja, Talara o Ilo. Hoy, después de apostar por inversión en mejoramiento de pistas y promoción del destino, están conectados y reciben varios vuelos diarios. Un claro ejemplo es Ayacucho, donde en 2007 llegaban 26,000 pasajeros, mientras que en 2019 la cifra fue de 280,000. Solo entre 2018 y 2019 el crecimiento de pasajeros fue del 20%.
A nivel internacional también hemos avanzado mucho. Los pasajeros internacionales han crecido más de 6 veces, al pasar de 1.9 millones a 12.2 millones entre 2002 y 2019. Así, cada año tenemos 600,000 nuevos pasajeros internacionales. Además, la competencia entre líneas aéreas ha sido clave para que hoy el Perú esté conectado con vuelos directos a más de 50 ciudades de todo el mundo.
Esa es la ruta. Mejorar la conectividad requiere defender la libre competencia y la iniciativa privada, e impulsar la inversión en infraestructura. Propuestas como la creación de una línea aérea de bandera solo nos llevarán a revivir historias fallidas que terminaremos pagando todos los peruanos.
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