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Inversión: más que una fuente de capital
Por ComexPerú / Publicado en Septiembre 05, 2016 / Semanario 859 - Actualidad
![](https://www.comexperu.org.pe/upload/images/actualidad-1-110118-052741.jpg)
La inversión es uno de los principales motores del crecimiento económico
del Perú, ya que, según cifras del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), su
participación en el PBI mostró un aumento constante, al pasar de un 16% en 2005
a más de un 26% en 2015. Durante el periodo 2003-2015, el crecimiento promedio
del PBI fue del 6.2% anual, impulsado en parte por la inversión privada, la que
se ha multiplicado más de cinco veces durante dicho periodo. Así, el sector
privado ha pasado de tener una participación del 10.2% del PBI en 2003 a una
del 21% en 2015.
De esta manera, resulta claro por qué el Ministerio de Economía y
Finanzas (MEF) enfatiza este componente como uno de los dos grandes pilares que
impulsarán el crecimiento del PBI potencial del país durante los próximos 3
años. Según el Marco Macroeconómico Multianual 2017-2019 Revisado (MMMR), junto
al aumento de la productividad total de factores, la acumulación de capital
aportará 0.5 puntos porcentuales en el crecimiento, el cual alcanzará el 5% anual
en promedio durante este periodo y así revertirá las tendencias contractivas de
los últimos años.
Sin embargo, cabe analizar si las inversiones, como se han dado hasta el
momento, son una fuente de crecimiento sostenible. En todo caso, ¿qué tipo de
inversiones se deben promover y hacia qué sectores estratégicos deben ir para
alcanzar el tan anhelado 5% de crecimiento? Queda claro que, en primer lugar,
debemos diversificar nuestras fuentes de inversiones, tanto nacionales como
internacionales, promoviendo el desarrollo de infraestructura productiva que
impacte realmente en sectores no primarios.
De 2005 a 2015, los principales sectores receptores de inversión, según
datos del BCRP, fueron los tradicionales: minería (29%), servicios (24%) e
hidrocarburos (17%). Además, nuestra oferta exportable tradicional representó,
en promedio, un 78% de las exportaciones totales durante el mismo periodo y,
dentro de ellas, la participación de las exportaciones mineras y de metales
creció de un 62% en 2003 a un 77% en 2015.
Una de las caras de la inversión es la inversión extranjera directa
(IED), la cual refleja cuán atractivo es el país para los inversores mundiales,
el nivel de competitividad, las garantías a la inversión, la infraestructura
productiva y el desarrollo del mercado local. La realidad es que la IED en el
Perú no la pasa nada bien, ya que desde 2013 muestra tasas de crecimiento
negativas de 18% anual en promedio. Por otro lado, se concentra en sectores
primarios extractivos, ya que tan solo la minería representa un 23,3% del saldo
total de IED, lo que deja muy rezagados a sectores productivos no tradicionales
y de gran valor agregado como la agricultura (0.3%), el turismo (0.3%), la
pesca (0.7%), la industria (13.3%), entre otros.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) señala que
la reducción de la IED en el Perú es mayor al promedio global y somos el
segundo país latinoamericano con el balance más negativo de IED, superado
solamente a Bolivia. Así, mientras que Brasil concentra más del 40% de las
entradas de capital extranjero en la región, nuestro país tan solo recibe un
3.7%, cifra menor a la de Colombia (6.5%), Chile (10.9%) y México (16%), socios
de la Alianza del Pacífico. Por otro lado, la rentabilidad promedio de la IED
obtenida entre 2010 y 2014 en el Perú (16%) contrasta en gran medida con la
reportada en 2015 (6%). Si bien no es la menor de la región, refleja la mayor
contracción de todos los países.
Como bien lo resalta la Conferencia de las Naciones Unidas sobre
Comercio y Desarrollo (Unctad, por sus siglas en inglés), el ingreso de
capitales extranjeros resulta la mayor fuente directa de desarrollo a lo largo
de la historia, por sobre otras fuentes de ingresos, como las remesas,
transferencias o donaciones por parte de organismos de cooperación
internacional.
A pesar de la extensa plataforma de comercio exterior del Perú,
resultado de los acuerdos de libre comercio, el ratio de comercio total sobre
PBI es aún bastante reducido y la concentración de las exportaciones se mantiene
alta y no tan diversificada. Esto puede explicarse por el hecho de que el Perú
recibe mayormente inversión en búsqueda de recursos naturales y de mercado, y
no suficiente IED en busca de eficiencia que podría ayudar al país a expandir
su oferta exportable en productos no tradicionales y de mayor valor agregado.
En conclusión, el Perú no cuenta con una estrategia nacional para la
atracción proactiva de inversión en sectores productivos ni para la
facilitación de su establecimiento, retención y encadenamiento con el sector
productivo nacional. Contar con ello implicaría focalizar nuestros esfuerzos de
manera más estratégica hacia la diversificación de los flujos de IED en
sectores competitivos en el país.
El
ministro de Economía y Finanzas, Alfredo Thorne, ha anunciado la necesidad de
reformar la Agencia de Promoción de la Inversión Privada (ProInversión).
Creemos que, como parte de dicha reforma, deberá asegurarse que, de manera
complementaria al fortalecimiento de la promoción de la inversión privada en
infraestructura y servicios públicos, se otorgue también a dicha entidad la
competencia sobre la promoción de la inversión en sectores productivos que el
país necesita.
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