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La movilidad urbana en la capital: a ordenar el caos
Por ComexPerú / Publicado en Diciembre 19, 2016 / Semanario 873 - Economía
Según
cifras del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), durante el periodo
2011-2015, el parque vehicular en Lima y Callao creció en promedio un 7% anual,
con lo que suma 1.67 millones de unidades vehiculares en 2015 (66% del total nacional).
Si tomamos en cuenta que el crecimiento en 12 meses de esta última variable, a
julio del presente año, fue de un 5%, de acuerdo con el Instituto Nacional de
Estadística e Informática (INEI), y mantenemos dicho crecimiento constante
hasta el final de 2016, en dicho momento habría en Lima y Callao aproximadamente
1.76 millones de unidades[1].
El
tránsito de estos casi 2 millones de vehículos será, por lo menos, difícil, ya
que mientras que el parque automotor ha estado en continua expansión, la gestión
del transporte en la capital no ha avanzado lo suficiente.
Actualmente,
nuestro sistema vial se caracteriza por problemas como la congestión vehicular,
la inseguridad de los pasajeros, la falta de mantenimiento de las vías, ente
otros, que reducen la competitividad y productividad por la pérdida de tiempo
que involucra moverse en la ciudad. Esto, a su vez, disminuye la calidad de
vida de las personas, afecta negativamente el medio ambiente e incrementa el
número de accidentes. De acuerdo con los resultados de un estudio elaborado en
2016 por el Consorcio de Investigación Económica y Social (CIES)[2],
el cual analiza el transporte urbano en Lima y Callao, la mala calidad de este
sistema es generada, en mayor parte, por una preocupante falta de gestión.
El
estudio señala que el sistema de transporte es precario, carece de normativa,
infraestructura y capacidad fiscalizadora. Especialmente, el sistema ha
fracasado en ordenar el sistema de transporte público. El documento del CIES
indica que este es el más usado, ya que más del 50% de viajes diarios en Lima y
Callao se dan a través de buses, el Metropolitano, colectivos y el Metro de
Lima, mientras que menos del 20% corresponden a viajes individuales privados
(taxis y autos). Sin embargo, el diseño del sistema ha privilegiado el uso del
auto privado, pues tanto la planificación urbana como metropolitana se han
desarrollado pensando en reforzar la necesidad del automóvil como principal
medio de transporte.
En
cambio, el transporte público, luego de ser liberalizado en 1991, fue
prácticamente dejado a su libre albedrío, lo que generó una gran masa de
vehículos y empresas atomizadas, bajo un esquema comisionista-afiliador, que
promueve como única finalidad para los operadores el conseguir más pasajeros.
Fue recién en 2014 que comenzó a gestionarse una solución gracias a la
implementación de los corredores complementarios. El estudio señala que el
diseño actual es insostenible y debe dejarse de lado, para dar paso a un modelo
de gobernanza eficiente que priorice al transporte público.
Autoridad única de
transporte, un primer paso
En
relación con el tema de la gobernanza, el pasado martes 6 de diciembre, la
Comisión de Transportes y Comunicaciones del Congreso de la República aprobó
una iniciativa que declara de necesidad pública la creación de una autoridad
única de transporte para Lima y Callao.
La
propuesta conceptual de esta entidad ha sido desarrollada por el MTC en agosto
del presente año, con el fin de corregir la falta de coordinación y
planificación existente en la regulación del transporte en Lima y Callao, en la
que participan al menos 6 instituciones. Con esto, se busca armonizar el actual
entramado de reglas de estas entidades, sobre todo de las correspondientes
municipalidades, al igual que la gestión de las rutas de transporte, que suelen
estar superpuestas[3].
Esta
armonización consistirá en la integración de las políticas a implementar, de
manera que los servicios de transporte ofrecidos no compitan uno con el otro,
sino que se complementen. En una situación óptima, la propuesta lograría que
tanto los corredores complementarios como el Metropolitano y el Metro de Lima
funcionen como uno solo, con un sistema común de operación y de recaudo.
¿Cuáles
serán los principales obstáculos que deberá atravesar esta iniciativa? En
primer lugar, debe establecer de la mejor manera posible su marco normativo al
igual que sus funciones, de forma que no entre en conflicto con el resto de
entidades. Esto solo será posible mediante un trabajo coordinado con ellas. En
segundo lugar, deberá cambiar el enfoque en favor del transporte privado ya
descrito. En especial, tanto el estudio del CIES como la propuesta del MTC
coinciden en que este enfoque lleva a gestiones desagregadas, personales y
cortoplacistas al establecer planes de acción; por ejemplo, en la ejecución de
obras de infraestructura. Por ende, la nueva entidad debe realizar políticas
pensando en el largo plazo y la sostenibilidad del transporte urbano. Y, en
tercer lugar, debe presentar la voluntad política necesaria para reformar el
sistema de transporte público, lejos de cualquier interés propio.
Este es un
primer paso para corregir la caótica situación en la que se encuentra la
movilidad urbana en la capital. Gracias a un correcto diseño y programación de
la misma, y un sistema de transporte público ordenado, podremos generar un
mejor tránsito, vale decir, uno más fluido y seguro.
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