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Las Mype en 2015
Por ComexPerú / Publicado en Agosto 08, 2016 / Semanario 855 - Economía
Uno de los
retos fundamentales del Gobierno entrante, particularmente del Ministerio de la
Producción, es el trabajo con las micro y pequeñas empresas (Mype). Potenciarlas,
asegurarles acceso a financiamiento y darles facilidades para que logren una mejora
de su productividad, alcancen una mayor rentabilidad y se trasladen hacia el
sector formal, son algunos de los campos de acción inmediatos que se deben
atender, ya que constituyen un bloque esencial para la producción del país y son
una de las principales fuentes de empleo.
Las Mype son
sumamente relevantes para el dinamismo de nuestra economía. De acuerdo con
cifras de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) 2015, las microempresas
representan un 93.9% del total de empresas en el país; mientras que las
pequeñas empresas, un 0.2%. Ambas sumaron 5.3 millones de Mype, lo que indica
una contracción del 3% con respecto al número registrado en 2014, y están localizadas
casi en su totalidad en zonas urbanas (89.5%). Por otro lado, las ventas de las
Mype representaron un 21.6% del total de la producción nacional, monto 0.4%
menor al de 2014.
Cabe resaltar
que este segmento de la economía es fundamental para la generación de ingresos
de miles de familias. Según la Enaho 2015, estos negocios emplearon a 7.7
millones de personas, que representan casi el 45% de la población
económicamente activa (PEA). Asimismo, es importante resaltar que, en un 52.8%
de los casos, la organización se inició por necesidad económica del dueño.
Estructura, costumbres, actividades
Una Mype promedio en el
Perú tiene casi 7 años de antigüedad, atiende solamente 10 meses del año y
posee como fuerza laboral a solo 2 trabajadores, de los cuales un 72.5% son
familiares del dueño del negocio; y aquellos que son familiares y no reciben
remuneración son el 66.5% de los empleados. Además, casi el 23.5% de estas
organizaciones usan el domicilio particular del empresario como local comercial
y en un 61.5% de los casos este es propio. A su vez, el predio mayormente
cuenta con electricidad (63.7%), pero en menor medida con agua potable (25.8%)
y desagüe (15.8%), y casi nunca tiene teléfono fijo (5.6%) ni internet (4.8%),
instrumentos claves en tema de conectividad.
Por otro lado, un
empleado de este segmento trabaja en promedio más de 24 horas a la semana y
resalta el hecho de que un 27.3% del total labora más de 40 horas y un 4.6% más
de 60 horas. Igualmente, el nivel de ingresos que recibe varía de acuerdo al
giro del negocio que decide emprender.
Asimismo, con
respecto a la actividad económica a la que se dedican las Mype, el 50.2% se
concentra en los sectores de servicios, un 34.2% en el sector comercio y un
15.8% se dedica al sector extractivo y de producción. Por otro lado, durante
los últimos años se ha visto cómo entre las Mype ha disminuido la preferencia
por el comercio (-2.1%), mientras que ha crecido significativamente la
predilección por el sector extractivo/productivo (+0.5%) y el sector servicios
(+0.01%), con respecto a 2014. Lo llamativo es que son justamente las dos
últimas actividades las que, en promedio, le proporcionaron mayores ganancias
netas mensuales al empresario en 2015, con S/ 1,398 (+3.7%) y S/ 1,150 (+9.7%),
respectivamente, en contraposición con los S/ 931.5 (+8.4%) generados por la
actividad de comercio.
No obstante, se
halló que un 83.1% (+1.8%) de las Mype son informales, al no estar registradas
como persona jurídica o empresa individual. Peor aún, el 71% no lleva ningún
tipo de registro de ventas. Asimismo, el 85.8% de los trabajadores no estuvo
afiliado a ningún sistema de pensión y el 98.3% no recibió de su empleador
ningún tipo de seguro de salud.
A partir de los
resultados y características de este tipo de empresas durante 2015, surgen
ideas sobre su valor potencial. Si bien son parte fundamental en nuestra
economía, no estarían aprovechando los beneficios derivados de su
formalización. Ello se debería al hecho de pensar que la informalidad es un
buen negocio, ya que al no pagar impuestos las ganancias se incrementan; así
como a lo complejo que resulta el proceso de formalización.
En ese sentido,
tal como señalamos en anteriores oportunidades, se deben generar espacios en
los que las Mype y las grandes empresas puedan converger y formar una cadena de
producción que posibilite a las primeras crear mayor valor agregado, y a las
segundas alcanzar los beneficios de la competitividad de las economías de
escala.
Las reducciones impositivas, acompañadas de medidas
complementarias como el acceso al crédito, la mejora en la calidad de
infraestructura de servicios, la promoción de la innovación, la apertura a
nuevos mercados y el acompañamiento e instrucción en temas legales y
tributarios son algunas de las medidas a tomar. Básicamente, la normativa
tributaria debe enfocarse en hacer entendibles y aplicables sus procesos para
estas empresas, ya que resulta sumamente costoso e ineficiente para las Mype
contratar contadores y especialistas tributarios externos. ¡Atención a las
Mype!
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