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MARCO MACROECONÓMICO MULTIANUAL 2022-2025: ¿QUÉ DEBEMOS ESPERAR?
Por ComexPerú / Publicado en Septiembre 03, 2021 / Semanario 1088 - Economía
En los últimos días, se publicó el Marco Macroeconómico Multianual (MMM) 2022-2025, documento que contiene las proyecciones macroeconómicas que sirven como insumo para elaborar el Presupuesto del Sector Público para el año 2022.
En primer lugar, las estimaciones del PBI suponen un crecimiento superior al 4% para el período 2021-2024. Según el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), las razones que sustentarían este incremento serían la mejora gradual de la confianza de los agentes económicos, lo que incrementaría el gasto privado, las mayores exportaciones por la puesta en marcha de Quellaveco y la mejora de la demanda externa.
Por otro lado, en el período 2023-2025, el dinamismo de nuestra economía sería del 4.1% en promedio, debido a mayores inversiones, la vuelta a la normalidad de las actividades económicas y la continuidad de las medidas para mejorar la productividad y competitividad.
Cabe mencionar que estas proyecciones son mayores a las que estima el Banco Mundial para el período 2021-2023, debido a que estaría tomando en cuenta variables como el ruido político y la desconfianza que genera en los inversionistas. Ello se condice que el último resultado de la encuesta de expectativas empresariales del Banco Central de Reserva del Perú, el cual reporta que los indicadores de expectativas sobre la economía a 3 y 12 meses se mantienen en el tramo pesimista.
En segundo lugar, el aumento de los ingresos fiscales se sostiene sobre las estimaciones de crecimiento del PBI mencionadas, así como en la mayor recaudación minera por el impacto favorable del precio de los minerales. De esta manera, se prevé que los ingresos del Gobierno central sean de un 20.4% del PBI en 2025.
En lo que respecta a gastos fiscales, el MEF estima que, para el período 2023-2025, se estabilizará en un 20.3% del PBI, luego de la disipación de la incertidumbre por la pandemia. De otro lado, para los años 2021 y 2022, se continuará con medidas de gasto público frente a la COVID-19, tales como el fortalecimiento de la salud pública, las transferencias monetarias a familias, la inversión pública en construcción de infraestructura y las intervenciones de mantenimiento.
Cabe remarcar que en 2020 y 2021 se suspendieron las reglas fiscales a raíz de la pandemia de COVID-19, ya que era necesario hacer frente a la emergencia sanitaria para mantener el bienestar de los ciudadanos. Como consecuencia del mayor gasto público, el déficit fiscal fue un 8.9% del PBI y la deuda pública llegó a un 34.7% del PBI en 2020. Las proyecciones del MMM muestran un déficit fiscal del 4.7% del PBI para 2021, el cual convergería al 1% en 2025.
Por otro lado, el reciente ajuste en la calificación crediticia del Perú por parte de Moody’s implica una variable adicional que afectará negativamente las proyecciones del MEF. Según el reporte, dicho ajuste se sustenta por un entorno político polarizado en los dos últimos años, así como la percepción de falta de claridad acerca de las políticas de la nueva administración y las tensiones en el partido oficialista. Así, la decisión difiere con la mejora gradual de confianza proyectada por el MEF.
Lo anterior tendrá como consecuencia una desconfianza aún mayor por parte de los inversionistas y, por ende, menor inversión, menor generación de empleo y encarecimiento del costo del crédito para el Gobierno, que afecta los niveles de inversión pública. Esto es realmente importante en contextos recesivos, ya que ayuda a atenuar los efectos de los shocks económicos negativos (ver Semanario 1086).
Es importante resaltar que las estimaciones del MEF dependen en gran medida de la inversión privada, tanto en términos de recaudación tributaria como del crecimiento del producto. Dicho esto, los agentes económicos necesitan certeza para materializar sus inversiones. Las expectativas no son las mejores en un ambiente de alta incertidumbre política, pues afectan las decisiones privadas, a pesar de verse una recuperación económica en el corto plazo.
Asimismo, las proyecciones no advierten eventuales shocks futuros, como el aumento de la inflación o del tipo de cambio, que puedan generar desviaciones fiscales. Así, de no visualizarse el camino hacia la consecución de las metas y el cumplimiento de las reglas fiscales, el golpe en la credibilidad del Gobierno sería aún mayor y, por ende, las expectativas estarían lejos de recuperarse.
Finalmente, las acciones son claves en un contexto como el actual. Promover la inversión privada por medio de reglas de juego claras, destrabar proyectos mineros, así como establecer un manejo macroeconómico responsable, son condiciones necesarias para generar crecimiento y, en consecuencia, reducir la pobreza y cerrar brechas.
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