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MÁS PERUANOS DESISTEN DE BUSCAR EMPLEO
Por Comexperu / Publicado en Febrero 21, 2025 / Semanario 1245 - Actualidad
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En el Perú, el crecimiento de la fuerza laboral es cada vez menor, como respuesta a la insuficiente generación de oportunidades. La población en edad de trabajar creció, pero la mitad del incremento se explicó por quienes decidieron no buscar empleo. Una parte se explica por los jóvenes, pero no necesariamente por motivos de estudios. Otra, por la contracción del empleo en el sector agropecuario.
La fuerza laboral (o población económicamente activa), aquellos que sí buscaron empleo o trabajaron, totalizó las 18,344,200 personas, según cifras de la Encuesta Permanente de Empleo Nacional (EPEN). Esto significó un crecimiento del 1%, gracias al ingreso de aproximadamente 187,000 personas. También, una ralentización tras la pandemia porque, entre 2022 y 2024, el crecimiento promedio fue del 0.4%, mientras que entre 2010 y 2019 alcanzó el 1.4%, según estimaciones de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho).
El crecimiento de la fuerza laboral se concentró, principalmente, en la población de 45 años a más, donde se registraron 262,300 personas adicionales trabajando o buscando empleo. En el grupo etario de 25 a 44 años solo se sumaron 18,900 personas, mientras que en los jóvenes (14 a 24 años) se contrajo en 94,200 personas. Esto sugiere que los perfiles con menor capacitación y experiencia laboral ahora enfrentan mayores limitaciones para insertarse en el mercado laboral.
Dicha situación también se refleja en los niveles de desempleo, que aumentaron para todos los grupos etarios. Esto se agudizó en los jóvenes, entre quienes la tasa aumentó del 10.9% al 11.5% entre 2023 y 2024. En aquellos entre 25 y 44 años alcanzó un 5.2%, mientras que en los adultos de 45 años a más ascendió a 3.6%. En ambos grupos, el incremento fue de 0.2 puntos porcentuales.
Por segundo año consecutivo, el mayor desempleo se explicó, principalmente, por la pérdida de empleos de baja calidad. La cantidad de trabajadores subempleados disminuyó a 8.2 millones (-134,700 respecto de 2023). Sin embargo, con la reducción del empleo juvenil, la contracción acumulada en las actividades extractivas[1] (-44,800 trabajadores) y la baja creación de empleos para aquellos sin educación superior (+13,400 trabajadores) es prematuro afirmar un progreso en el mercado laboral.
Históricamente, la mayoría del subempleo se relaciona con los ingresos, como respuesta a los bajos niveles de productividad del país, que generan remuneraciones inclusive menores al mínimo legal para millones de trabajadores informales. También afecta a una mayor proporción de jóvenes, donde el subempleo explica el 57.9% del empleo total. Esta situación, pese a no ser idónea, permite emplear a los trabajadores que menor valor agregado contribuyen en la economía.
El verdadero problema ocurre cuando no hay incentivos suficientes para contratar a los trabajadores menos capacitados en la economía o a los jóvenes que recién ingresarán al mercado laboral, lo que actualmente estaría ocurriendo porque tanto el subempleo como el empleo adecuado en los jóvenes continúa contrayéndose, mientras que solo en los adultos se aprecia una recomposición, con un crecimiento en la proporción de empleos adecuados.
¿CÓMO MEJORAR LA INSERCIÓN LABORAL?
Existen varios factores detrás de los menores niveles de empleo juvenil. Los jóvenes pueden escoger voluntariamente no buscar empleo. Sin embargo, en los últimos años, casi el 25% de aquellos en inactividad no estuvo estudiando, según estimaciones de la EPEN. Esta situación repercute negativamente en el desarrollo del capital humano, porque pierden años de estudios, pero también acumulan menos experiencia.
La situación actual del mercado laboral juvenil se explicaría por la ausencia de suficiente demanda por parte de las empresas. Una muestra de ello es que el salario promedio para los jóvenes, que fue de S/ 1,154, solo aumentó S/ 20, mientras que en los adultos el incremento se aproximó a S/ 100. En caso la oferta de jóvenes fuera escasa, la necesidad de contratarlos hubiera generado una mayor presión al alza en el sueldo promedio que reciben.
Generar incentivos para la contratación de jóvenes es complejo, pero también urgente. Ellos representan un grupo etario con una necesidad evidente: adquirir experiencia, desarrollar competencia y respaldarlas con evidencia para crecer profesionalmente. En caso de no lograrlo, el castigo por no estar suficientemente preparados para mejores oportunidades laborales puede condenarlos a la informalidad.
Las recomendaciones van desde adecuar la curricular escolar, técnica y universitaria a la realidad del mercado laboral hasta reformular los contratos de aprendizaje. Sin embargo, la evidencia ha demostrado que lo más efectivo es el sistema de aprendizaje dual, como actualmente ofrece el Servicio Nacional de Adiestramiento en Trabajo Industrial (Senati). Revisar esta experiencia de articulación conjunta con las necesidades de las empresas y evaluar replicarla en otros sectores será fundamental.
[1] Considera al sector agropecuario, pesca y minería e hidrocarburos. La mayoría del empleo en este grupo se concentra en el primero.
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