No cabe duda de que uno de los problemas que limita el desarrollo de nuestro país es la informalidad en el mercado de trabajo. Así, entre los ocho ejes de competitividad y productividad identificados por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el tercero corresponde al mercado laboral. Para atenderlo, se han planteado tres líneas de acción: i) fomentar un marco normativo que impulse el dinamismo del mercado laboral, ii) articular los esfuerzos de fiscalización y iii) fomentar la correspondencia entre la oferta y la demanda laboral.

DINAMISMO DEL MERCADO LABORAL

Según el Reporte de Competitividad Global 2017-2018, del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), los empresarios peruanos consideran que las restricciones en la regulación laboral están entre los factores más problemáticos para hacer negocios en el Perú, después de la corrupción, la ineficiencia del sector público y los impuestos.

Según el MEF, el despido de trabajadores resulta costoso en el Perú debido a dos razones: las indemnizaciones y la jurisprudencia legal que impide el despido individual por causas económicas vinculadas a la empresa. En general, la normativa laboral establece costosas indemnizaciones en caso de despido. Para las empresas formales que están acogidas al régimen general, el Perú es uno de los países con mayor rigidez para despedir a un trabajador. Por ejemplo, un trabajador que es despedido sin causa tiene derecho a una indemnización de 1.5 remuneraciones mensuales por año trabajado, con un tope de 12 remuneraciones.

Ante esta situación, un punto de partida para abordar esta problemática sería mejorar los indicadores analizados por el Doing Business (DB), del Banco Mundial (BM), entre ellos la regulación del mercado de trabajo. Es importante enfocarnos en mejorar las políticas de despido y flexibilizarlas para que así no sea tan costoso para el empleador cesar a sus trabajadores cuando la situación lo amerite.

ESFUERZOS DE FISCALIZACIÓN

De acuerdo con el MEF, la fiscalización laboral incluye la verificación del nivel de cumplimiento de la legislación laboral en la contratación del personal, el pago de beneficios sociales y aspectos relacionados con la seguridad y la salud en el trabajo.

La efectividad de las acciones para seguir mejorando en este aspecto podría medirse con los indicadores que evalúa el reporte del WEF. Por ejemplo, el Perú se encuentra en el puesto 64 (de 137 economías) en el indicador de eficiencia del mercado laboral, el cual evalúa aspectos como flexibilidad de determinación de salarios, y paga y productividad, a partir de los cuales se analiza qué tanto las empresas cumplen con estos compromisos.

Asimismo, según el DB 2018, el indicador de la regulación del mercado de trabajo muestra indicadores como horas de trabajo y pagos por trabajo en días de descanso, dos aspectos a tener en cuenta en la fiscalización, así como la remuneración por laborar horas extras o en turno noche.

CORRESPONDENCIA ENTRE LA OFERTA Y DEMANDA LABORAL

La oferta laboral de los trabajadores está desconectada de la demanda laboral de las empresas, debido a la falta de un sistema de información, la débil intermediación laboral y la carencia de un sistema nacional de cualificaciones, principalmente en el mercado laboral técnico, según el MEF.

De acuerdo con la Estrategia de Competencias de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la ausencia de un sistema nacional de cualificaciones hará menos probable que se generen efectos positivos en el aprendizaje a lo largo de la vida laboral de un individuo: cantidad de oportunidades de aprendizaje, calidad de la oferta de aprendizaje, igualdad de acceso al aprendizaje y eficacia de los aprendizajes.

Para mejorar en este aspecto, podríamos enfocarnos en los indicadores que evalúa el reporte del WEF. Por ejemplo, el Perú se encuentra en el puesto 81 (de 137 economías) en el indicador de educación y formación superior, el cual evalúa aspectos como calidad del sistema educativo, de las escuelas de gestión, y la disponibilidad local de servicios de capacitación especializados, a partir de los cuales se analiza qué tanto las instituciones educativas, de la mano con el Gobierno, están contribuyendo a una educación de competencia y eficiente.

En general, la formación de capacidades articuladas al mercado laboral permite elevar la productividad laboral. Contar con personal mejor capacitado genera efectos positivos en la empleabilidad. A nivel agregado, la productividad depende de la medida en que la oferta laboral de los trabajadores corresponda y calce mejor con la demanda laboral de las empresas, según el MEF.