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Nuestro panorama en I+D
Por ComexPerú / Publicado en Junio 19, 2017 / Semanario 896 - Actualidad
![](https://www.comexperu.org.pe/upload/images/actualidad1-231017-050313.jpg)
Destinar
mayores recursos a Investigación y Desarrollo (I+D) y aumentar el número de
investigadores fue uno de los compromisos acordados en la Organización de las
Naciones Unidas (ONU) para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Así, existe un fuerte consenso sobre la importancia que tiene la I+D para que
los países alcancen un crecimiento sostenible.
En nuestro
país, según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura (Unesco), el gasto en
I+D es del 0.2% del PBI, el cual es liderado por las universidades (38% del
total), seguido por el sector empresarial (29%), el sector público (26%) y el
sector privado sin fines de lucro (7%). Asimismo, según información del Primer
Censo Nacional de Investigación y Desarrollo en Centros de Investigación,
elaborado por el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica
(Concytec), el gasto en I+D en 2015 ascendió a S/ 517 millones, monto un 18%
mayor al registrado en 2014; mientras que respecto a los recursos humanos
dedicados a I+D, en Perú existen únicamente 180 investigadores por cada millón
de habitantes.
¿Dónde nos ubicamos en el
mundo?
Al
comparar la situación de Perú en I+D con la del mundo, el resultado es poco
alentador. Según el Índice Global de
Innovación de 2016, de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, nuestro
país ocupa la posición 71 entre 128 analizados. Este índice compara aspectos
integrales relacionados con el desempeño en I+D de las economías, incluyendo el
número de investigaciones y el gasto público, así como las instituciones,
infraestructura, sofisticación del mercado y el sector empresarial, productos
tecnológicos y de conocimiento.
Dicho resultado nos ubica por detrás de
Chile, México y Colombia, nuestros socios de la Alianza del Pacífico, quienes
ocuparon los puestos 40, 61 y 63, respectivamente. Según cifras de la Unesco,
México invierte alrededor del 0.5% de su PBI en I+D; mientras que Chile
invierte un 0.4%, y Colombia, un 0.2%, monto similar al peruano. Estos países
cuentan, además, con un número de investigadores significativamente mayor al
nuestro.
El Perú se ha mantenido en el puesto 71
desde 2013, lo que indica un escaso avance en materia de I+D durante los
últimos años. Nos encontramos especialmente rezagados en los aspectos de
capital humano para la investigación (ocupamos el puesto 81), así como en
producción tecnológica y de conocimiento (puesto 109). Por otro lado, hemos
logrado mejoras con respecto a la sofisticación del mercado —que incluyen
acceso al crédito y competitividad de los mercados— y a la sofisticación de las
empresas, en lo referido a la innovación y absorción de conocimiento de estas.
Cabe
mencionar que los miembros de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (OCDE) invierten, en promedio, más del 2% de su PBI en
I+D, lo que resalta la clara relevancia que le otorgan. Estos países también
lideran la innovación a escala global, como se observa en el Índice Global de Innovación, donde destacan Suiza,
Japón, Suecia y Finlandia.
En
ese sentido, impulsar la I+D será necesario para adherirnos a sus estándares y
cumplir con nuestras aspiraciones de formar parte de este organismo en el
futuro. Como señaló la OCDE en su evaluación inicial del Estudio multidimensional
para nuestro país, el bajo nivel de gasto en I+D
es uno de los principales obstáculos para el
desarrollo inclusivo y sostenible del Perú, ya que esto retrasa la innovación y
estanca los niveles de productividad y competitividad. Asimismo, se señala que
es de suma relevancia superar el déficit de recursos humanos altamente
calificados en el país.
El camino por delante
En
los últimos años, el Gobierno ha mejorado sus esfuerzos para fomentar la I+D en
el país, a través de iniciativas como reducciones impositivas, nuevas
modalidades de fondos concursables, normativas que promueven el retorno de
investigadores, la elaboración del Primer Censo Nacional de Investigadores en
2016, y el
desarrollo de planes de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica transversales.
Asimismo, según el Concytec, el financiamiento de proyectos y el número de
becas otorgados por el Estado se incrementaron
en los últimos años.
Pese
a ello, aún falta mucho por hacer para que la investigación se convierta en un
motor de crecimiento y desarrollo sostenible en el país. Las políticas públicas
deben enfocarse en promover la formación de investigadores, así como mejorar los
incentivos para que el sector privado invierta en I+D. Además, la dirección de I+D debe responder a las necesidades del país;
por ejemplo, en el caso del sector agro, este se ha visto rezagado en materia
de investigación, pese a la importancia de innovar en cultivos resistentes a
plagas (que generan mayor productividad a un costo más bajo), debido a una
moratoria que impide el ingreso y producción de organismos vivos modificados,
conocidos como transgénicos. Esta medida viene retrasando el desarrollo de la
biotecnología para la modernización del agro peruano.
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