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NUEVO PLAN NACIONAL DE INFRAESTRUCTURA CONSIDERA MÁS DE 200 PROYECTOS Y DEJA DE LADO 29 DEL ANTERIOR PLAN
Por ComexPerú / Publicado en Octubre 28, 2022 / Semanario 1142 - Hechos de Importancia
El Plan Nacional de Infraestructura para la Competitividad (PNIC) fue publicado en 2019 como una hoja de ruta para las inversiones del Perú. Por medio de una metodología de priorización, hecha por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), se seleccionaron múltiples proyectos con un impacto económico y social por encima del resto, y se les dio un “trato especial” que les permitiría culminarlos de forma rápida y eficiente.
Desde ComexPerú, entendimos la gran relevancia de este paquete de proyectos (el más importante en la historia reciente del país), por lo que tomamos la iniciativa de realizar un seguimiento a la ejecución de cada uno, por medio del Reporte de Avance de los Proyectos PNIC, que cuenta con ocho ediciones[1]. Nuestros reportes mostraron que diversos proyectos han presentado problemas que impiden su avance continuo y, en muchos casos, han ocasionado su paralización. De hecho, 2022 se ha configurado como el peor año de ejecución desde la pandemia, pues el avance en los dos primeros trimestres ha caído uno tras otro, y casi un tercio de los proyectos que rastreamos registraron limitaciones (ver Semanario 1135).
Frente a esta situación, la tarea pendiente de las autoridades era destrabar y resolver las problemáticas que llevaron a la ralentización del PNIC. Sin embargo, recientemente, el Gobierno llevó a cabo un cambio mucho más radical, y es que, por medio del Decreto Supremo N.° 242-2022-EF, aprobó el Plan Nacional de Infraestructura Sostenible para la Competitividad (PNISC), una “actualización” del PNIC elaborada por el MEF y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que ajusta el proceso de priorización de proyectos para incluir dimensiones de sostenibilidad. Con ello, se ha afectado notoriamente la distribución de los proyectos priorizados. En el PNIC, se contaba con 55, de los cuales unos agrupaban varios proyectos, por lo que una vez desagregados se tenía un total de 88. Lo mismo ocurre con el PNISC, conformado por 72 proyectos que, una vez hecha la desagregación, contabilizan un total de 212.
Por un lado, uno de los cambios más resaltantes es la inclusión de los sectores salud, educación y producción. Si bien este último (el proyecto es el Parque Industrial de Ancón) se adecúa en gran parte a los lineamentos que ya existían en el PNIC, los otros corresponden a la necesidad de abarcar sectores de ámbito social, algo que el PNIC también reconocía. Los proyectos de salud consisten principalmente en la creación de nuevos hospitales y el mejoramiento de otros ya existentes, además de la mejora de establecimientos del primer nivel de atención; mientras que los proyectos de educación son cuatro paquetes de centros escolares que abarcan colegios regulares, de alto rendimiento y educación alternativa (de ahí el gran número de proyectos del sector).
Por otro lado, proyectos que antes formaban parte del PNIC no han sido considerados para el PNISC (29 proyectos). Aunque en ciertos casos se trata de proyectos que han culminado (tres según el documento), en su mayoría son obras que no fueron presentadas por las propias autoridades sectoriales o que no eran elegibles según la nueva metodología. Cabe señalar que, según nuestro último reporte, varios de estos presentaban limitaciones o estaban paralizados, como la Hidrovía Amazónica, la ampliación de la presa Ancascocha, la Longitudinal de la Sierra Tramo 2 y la Autopista del Sol, por citar algunos.
Entre otros cambios resaltantes, el sector agua y saneamiento ha visto duplicada su cantidad de proyectos (pero no su monto de inversión), y en el sector comunicaciones casi se ha triplicado. En cambio, en el sector electricidad se tienen 18 proyectos menos, de los cuales gran parte corresponden al paquete de proyectos de Sub-Transmisión Piura.
¿QUÉ DEPARA EL FUTURO?
Dejando de lado la configuración de la lista de proyectos priorizados, el nuevo plan de infraestructura también trae consigo ciertas disposiciones que vale la pena poner sobre la mesa. El énfasis en el seguimiento de objetivos e hitos es uno de los aspectos más positivos, pues era algo de lo que carecía el PNIC. Cada proyecto ahora posee una serie de hitos anuales a seguir durante el periodo 2022-2025, los cuales deberían ser verificables por las autoridades. En ese sentido, el PNISC sugiere además establecer un sistema de seguimiento de su implementación, que evalúe tanto la consecución de metas como la identificación de alertas u otros aspectos que afecten su avance.
Asimismo, el PNISC considera pertinente incluir a otros agentes en la planificación futura del desarrollo de la infraestructura nacional, como los Gobiernos subnacionales o el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico. Aquí hacemos énfasis en que ello necesariamente debe incluir al sector privado, el cual ya tuvo una participación en la elaboración del PNIC al proveer información clave de los sectores en los que participa.
Finalmente, resaltamos la intención del MEF de proponer un nuevo plan nacional de infraestructura cada tres años. Aunque es cierto que el plan debe tener un componente dinámico que permita incluir nuevos proyectos, dada la salida de otros por su culminación, se debe tratar de que los cambios entre un plan y el siguiente no sean una fuente de incertidumbre. Por ejemplo, por el momento, no se tiene certeza sobre qué ocurrirá con los proyectos del PNIC excluidos del PNISC. Si hasta hace poco eran considerados “demasiado importantes” como para que en ese momento estuvieran en la cartera general de los ministerios, ¿ahora se ejecutarán con menor énfasis? Esto sin mencionar que se han quitado proyectos que, paradójicamente, suelen estar siempre en consideración cuando se habla de mejorar la infraestructura del país (el Terminal Portuario del Muelle Sur, el Terminal Portuario de Salaverry, los aeropuertos de Piura y Trujillo, el ferrocarril Huancayo-Huancavelica, etc.).
Por supuesto, el factor fundamental que dictará sentencia sobre el éxito del PNISC es, sin duda, el avance de la ejecución de los proyectos. Ya hemos visto cómo el PNIC, pese a su estatus especial, tenía una serie de problemas que las autoridades pertinentes no enfrentaban o no lo hacían con éxito. Esperemos que esto no se repita; de lo contrario, se seguirán sacando planes y las brechas continuarán sin cerrarse.
[1] Puede acceder al reporte más reciente por medio de este enlace.
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