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Política monetaria de EE.UU.: ¿cómo nos afecta?
Por ComexPerú / Publicado en Marzo 20, 2017 / Semanario 884 - Hechos de Importancia
Tras la crisis
financiera de 2008, la
Reserva Federal de EE.UU. (FED, por sus
siglas en inglés) redujo la tasa de interés de los fondos federales[1] a niveles cercanos a cero
(0%-0.25%), con la intención de estimular el crédito y el consumo, y con ello
dinamizar la economía estadounidense. Sin embargo, tras siete años de niveles
históricamente bajos, la FED comenzó a fines de 2015 a elevar su tasa, en un
esfuerzo por moderar una economía que se viene recuperando.
Desde la perspectiva de la FED, la economía estadounidense ha
retomado el ritmo suficiente para no depender de los estímulos que la ayudaron
a superar la crisis, acercándose cada vez más a sus metas de pleno empleo y
estabilidad de precios. Así, esta decisión se basa principalmente en el
desempeño de los dos indicadores macroeconómicos mencionados. En primer lugar,
de acuerdo con la Oficina de Estadísticas Laborales, la tasa de desempleo
alcanzó un valor promedio del 4.9% en 2016, el más bajo desde 2007. Es más, en
los meses de enero y febrero de este año habría registrado valores del 4.8% y
el 4.7%, respectivamente. Por otro lado, la inflación básica registró, en
promedio, un valor anual del 2.2% en 2016, cifra por encima de la meta
inflacionaria del 2% anual. Más aún, en febrero, la inflación anualizada habría
sido del 2.2%, con lo que sumó el décimo quinto mes consecutivo con tasas por
encima de la meta.
Por su parte, de acuerdo con estimaciones de la Oficina de
Análisis Económico, la economía habría tenido un crecimiento moderado del 1.6%
en 2016, muy por debajo del 2.6% y el 2.4% experimentado en 2015 y 2014,
respectivamente. A propósito, la presidenta de la FED, Janet Yellen, se ha
pronunciado acerca de la importancia de enfocarse en el crecimiento de largo
plazo, y ha exhortado al resto del Gobierno a considerar políticas que permitan
incrementar la productividad, como inversión en educación e infraestructura, o
cambios en la regulación. De esta manera, la FED ha concluido que la economía
viene creciendo a un ritmo sólido, por lo que estimular el crecimiento a través
de bajas tasas de interés no solo es ineficaz, sino que podría desencadenar un
aumento inflacionario.
Así, han sido tres las modificaciones que la tasa ha
experimentado desde la crisis: la primera en diciembre de 2015 (0.25%-0.5%), la
segunda en diciembre de 2016 (0.5%-0.75%) y la tercera el 15 de marzo último
(0.75%-1%). Más aún, se espera que este ajuste hacia una política monetaria
menos laxa y más conservadora sea gradual y continúe efectuándose dentro de los
próximos meses. Recordemos que, en diciembre del año pasado, la FED anunció su
intención de elevar las tasas tres veces en este año. Ante esta situación, ¿qué
impacto tiene el alza en la tasa sobre la economía peruana?
En primer
lugar, el efecto más conocido y casi instantáneo del aumento en la tasa de
interés es el alza en el tipo de cambio o la depreciación de la moneda
nacional. En teoría, esta variación beneficiaría a los exportadores, a los
productores nacionales que compiten con los bienes importados y a los que
reciben ingresos (rentas, remesas, sueldos, etc.) en dólares. Por el contrario,
tendría un impacto negativo sobre los importadores y sobre aquellas personas o
empresas con deudas en dólares que reciben ingresos en soles, especialmente con
obligaciones de corto plazo. Sin embargo, es importante destacar que en los
últimos años ha aumentado la preferencia de empresas y personas por préstamos
en nuevos soles. Según cifras de la Asociación de Bancos del Perú (Asbanc), el
70% del crédito en el Perú está en moneda nacional y depende de la política
monetaria del Banco Central de Reserva del Perú, cuya tasa de referencia se
mantiene estable desde hace un año.
Por otro lado,
la posibilidad de obtener una mayor rentabilidad en las inversiones en EE.UU.
atraería a los capitales internacionales de corto plazo hacia el mercado de
monedas de la primera economía del mundo. Cabe resaltar que, en el caso
peruano, debido a la concentración de la inversión en el sector minería, los
precios de los commodities y la
demanda internacional serán factores importantes a considerar en este
escenario. Finalmente, el oro, nuestro segundo producto de exportación, al no
rendir intereses, suele verse afectado por el alza de las tasas y del tipo de
cambio, que elevan el costo de oportunidad de mantenerlo. No obstante, como se
mencionó en ediciones pasadas (ver Semanario
N.° 877), las tensiones geopolíticas podrían compensar este efecto, al ser
este un excelente refugio frente a la incertidumbre.
Como hemos visto, las modificaciones graduales de la tasa de
interés de EE.UU. obedecen a un reajuste esperado tras siete años de
flexibilización, por lo que no deben sorprendernos los impactos que esta pueda
tener sobre nuestra economía. Por el contrario, se deben tomar las medidas
necesarias para afrontar los cambios globales con anticipación y calma. En lo
que respecta al Gobierno, se deberá trabajar con más empeño aún en la
atracción, canalización y retención de nuevas inversiones, por lo que generar
un ambiente positivo para invertir en el Perú y sacar adelante nuevos proyectos
será clave. Por lo pronto, será mejor estar atentos a los mensajes que los
mercados internacionales transmiten a través de la política monetaria y, en
general, trabajar en elevar la competitividad del país para hacerle frente al
contexto externo con mejores políticas internas.
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