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RUMBO AL TLC PERÚ-TURQUÍA
Por ComexPerú / Publicado en Agosto 21, 2020 / Semanario 1039 - Comercio Exterior
El comercio exterior, el intercambio tecnológico y la cooperación económica constituyen poderosas herramientas que no solo han permitido a la economía peruana explotar sus ventajas comparativas en sectores primarios, sino que han generado las condiciones necesarias para que nuevos sectores no tradicionales den el salto en productividad y competitividad.
Tan solo en los últimos 10 años, las exportaciones crecieron a una tasa promedio anual del 5.9%, lo que ha llevado a que estas representen un 21.7% del PBI, según cifras de la Sunat. Este esfuerzo, liderado por el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), ha trascendido a los Gobiernos de turno y es el ejemplo más concreto de un proceso de diálogo, consenso e intermediación que culminó en una visión país que ahora es una de las políticas públicas mejor consolidadas. Con acuerdos comerciales como los tratados de libre comercio (TLC), todos los beneficios que el Perú tenía para exportar ya no serían temporales ni limitados.
La expansión comercial y la búsqueda de mercados en los cuales explotar nuestras ventajas comparativas continúan al contar con acuerdos en negociación que poseen un amplio potencial de beneficios para el país. Este es el caso de Turquía, país con el que, en 2014, se formalizó el inicio de las negociaciones para la implementación de un TLC.
RETOMEMOS EL RUMBO DE NEGOCIACIONES
Turquía representa una economía importante y atractiva en lo que a comercio e inversiones se refiere. No por nada se encuentra entre las 17 economías con mayor PBI, según cifras del Banco Mundial, y es miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Asimismo, cuenta con una población de 82 millones de personas, lo que representa más del doble del mercado peruano.
En cuanto al intercambio comercial, nuestras exportaciones a este país sumaron US$ 40 millones en 2019. Este monto, si bien es relativamente menor a lo comerciado con nuestros principales socios comerciales, refleja un nivel estable a lo largo del tiempo, lo cual indicaría que contamos con un mercado consolidado en favor de ciertos productos peruanos. Cabe resaltar que, entre enero y junio de 2020, nuestras exportaciones a Turquía sumaron US$ 55 millones, monto superior al reportado durante todo 2019 y un 387% mayor al registrado en el primer semestre de ese año. Por otro lado, nuestras importaciones han liderado nuestra relación comercial al sumar US$ 200 millones en 2019, un 8% más que 2018, año en que las importaciones turcas crecieron en un 34%, lo cual indica que el Perú es un importador neto de esta economía en beneficio de los consumidores y la industria peruana.
En términos de nuestras exportaciones a Turquía, el 70.2% y el 95.2% de lo exportado en 2019 y 2020, respectivamente, corresponde al rubro minero. Sin embargo, el sector agropecuario ha logrado posicionarse paulatinamente como el principal subsector no tradicional de exportación a este país, con un monto acumulado de US$ 34 millones en los últimos 10 años.
Las importaciones turcas en el Perú, por su parte, han experimentado un crecimiento promedio anual sostenido desde 2016, con los bienes de capital como los más demandados por las empresas peruanas (entre 50% y 60% en la canasta importadora), seguidos por los bienes intermedios y los de consumo. Esto indica que Turquía es una importante fuente de innovación, tecnología y capital para las industrias peruanas, elemento clave de cara a un acuerdo que busque elevar la productividad de la economía nacional y proveer a empresas, trabajadores y ciudadanos de una mayor variedad de productos.
En ese sentido, el TLC Perú-Turquía no solo nos permitiría diversificar nuestra oferta exportable, concentrada mayormente en commodities del sector minero (ver Semanario 915), sino que además abriría las puertas del mercado turco a nuestras exportaciones no tradicionales, como las del sector agroindustrial, que a la fecha pagan un arancel promedio del 42.2% (arancel NMF) para ingresar a dicho mercado.
Un ejemplo claro de los beneficios de acceder al mercado turco es el caso de Chile. Nuestro vecino del sur, que firmó un TLC con Turquía en 2011, exportó US$ 288,000 en uvas frescas o secas en 2014 y US$ 365,000 en productos pesqueros no tradicionales, mientras que Perú solo unos US$ 40,000 y US$ 65,000, respectivamente. Adicionalmente, es importante destacar que el TLC que venimos negociando, a diferencia del celebrado entre Turquía y Chile, también incluye disposiciones en materia de comercio de servicios e inversiones.
La consolidación de socios comerciales estratégicos es el reto que la administración actual y la siguiente deben afrontar para asegurar un crecimiento económico sostenido, el cual debe ir acompañado por una modernización de las instituciones que acompañan el desarrollo del sector (como Sunat, Digesa, Digemid, entre otras), así como la mejora de la infraestructura y la logística para el comercio exterior. Sin duda, explorar nuevos mercados trae beneficios, pues nuestros productos llegan a más personas y nos da la oportunidad de desarrollar nuestros sectores más importantes. Estos beneficios se acrecientan si el destino es un mercado tan importante como Turquía, el cual, debido a su importante población y desarrollo, nos abrirá una gran puerta, lo que generará empleos y oportunidades de crecimiento para nuestras industrias. Esperemos que las negociaciones se retomen, lleguen a buen puerto y contemos con un acuerdo con ese país lo antes posible.
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