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SE ESPERA SEMBRAR 20,000 HECTÁREAS DE ALGODÓN PARA LA CAMPAÑA 2022-2023
Por ComexPerú / Publicado en Agosto 26, 2022 / Semanario 1133 - Actualidad
Tras varios años, la industria de algodón parece volver a encaminarse hacia un sendero de crecimiento. De esta manera, se espera romper una tendencia negativa en el sector con respecto a la siembra y la producción. Los resultados positivos repercuten en más de 10,000 agricultores, y alrededor de 430,000 personas empleadas en la cadena de valor del algodón, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés). En ese sentido, es importante reconocer los factores que explican las proyecciones, para saber lo que se debe trabajar para generar una industria que contribuya al desarrollo y el crecimiento del país.
Según cifras del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), la producción de algodón hace 10 años fue de 111,000 toneladas, luego de este periodo hubo una reducción constante en su producción y en 2021 alcanzó un mínimo histórico de tan solo 17,300 toneladas producidas. De la misma forma, la cantidad de terreno sembrado para cultivar algodón se redujo. En la campaña 2014-2015, se sembró alrededor de 26,700 hectáreas de algodón, mientras que para la campaña 2020-2021 se sembraron solo 5,700 hectáreas.
El menor uso de terreno para sembrar algodón y, por ende, la baja producción, se explicarían principalmente por la caída de los precios internacionales de ese producto. Esto desincentivó a los productores que se dedicaban a sembrar algodón, quienes lo sustituyeron por otros más rentables, como el arroz y la caña de azúcar. A esto se suma que la producción en diferentes años dependió de las condiciones en el clima, además de que en el Perú la productividad agrícola del sector es menor en comparación con otros países productores en Latinoamérica.
Asimismo, la caída drástica en producción experimentada en 2020 y 2021 es explicada principalmente por la pandemia. Esta etapa que trajo consigo distintas restricciones que provocó una acumulación en el stock de prendas de vestir sin vender, lo cual redujo la demanda mundial del algodón y afectó, indudablemente, los precios.
Sin embargo, en la actual campaña de siembra (2021-2022), se evidenció un incremento en la cantidad de terreno sembrado, que superó incluso la cantidad planificada del año pasado. Según el Marco Orientador de Cultivos, elaborado por el Midagri, se tenía planificado sembrar alrededor de 8,000 hectáreas de algodón en la campaña 2021-2022, cifra que fue superada al sembrarse 11,000 hectáreas. Pero aún más significativo es que, para la campaña 2022-2023, se espera sembrar poco más de 20,000 hectáreas, un 86.3% más que el promedio de los últimos cinco años.
El principal factor detrás de este incremento, sin duda, es el incremento en la demanda del algodón y, por consiguiente, el incremento en los precios internacionales que llegaron a un valor máximo en los últimos 10 años. Según el informe de intención de siembras para la campaña 2022-2023 del Midagri, se tiene en cuenta que la mayor demanda y el incremento de los precios explican el 46% de incremento en los terrenos para siembra, con productores que empiezan a negociar las cosechas a precios futuros.
Además, juegan un factor importante la promoción de los cultivos que ha llevado a cabo los gremios del algodón por varios años. Así se viene llevando a cabo el proyecto +Algodón, en conjunto con la FAO, para impulsar la productividad y los acuerdos con mercados extranjeros.
Cabe mencionar, además, que existe el programa de apoyo denominado Plan Nacional del Algodón 2019-2030, liderado por el Gobierno; sin embargo, el Midagri indica que los resultados aún no son significativos.
SEMILLAS TRANSGÉNICAS: UNA ALTERNATIVA IMPORTANTE
Ante lo mencionado, queda claro que el factor determinante en los recientes resultados positivos de la siempre de algodón son los incrementos en los precios internacionales como incentivo para los agricultores. Por tanto, es necesario mejorar la productividad de los productores de algodón con el fin de crear una industria estable y creciente, en lugar de una que varíe constantemente por factores internacionales. Una solución para esto es el uso de semillas genéticamente modificadas, también llamadas transgénicos.
En la actualidad, existe una ley de moratoria que impide la importación de semillas transgénicas y su uso. Se ha establecido una falsa dicotomía entre mantener la diversidad de semillas de algodón y usar semillas de algodón transgénico. El Estado peruano prohibió los transgénicos con la finalidad de proteger la industria que hace uso intensivo de las semillas nativas y que forman parte de la cultura de varias personas, pero se ignora el hecho de que existen productores que tienen como fin competir en los mercados exteriores, por lo que es clave el uso de tecnología para mejorar su productividad.
Cabe mencionar que, entre los países productores de Sudamérica, solo el Perú y Venezuela han impuesto una moratoria sobre las semillas transgénicas. Entre los países productores de algodón, Colombia es uno de los que hace un mayor uso de transgénicos, debido a que estas semillas tienen la ventaja de ser más resistentes a las plagas, tiene un mayor rendimiento y no requieren costos de mantenimiento elevados.
Si queremos ser un país competitivo a nivel internacional, no podemos trabajar sin tecnología. Las prácticas tradicionales del cultivo de algodón sí pueden coexistir con los transgénicos, siempre que se tomen en cuenta los contextos culturales y sociales. Además, ignorar los transgénicos no solo implica ser menos competitivos como industria, sino que le negamos a miles de agricultores la posibilidad de, si así lo desean, ser más competitivos y tratar de alcanzar una mayor calidad de vida.
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