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Sector textil peruano: ¿innovar o morir?
Por ComexPerú / Publicado en Septiembre 18, 2017 / Semanario 906 - Actualidad
En
décadas pasadas, el sector textil-confecciones fue uno de los más emblemáticos
de nuestra economía y una importante fuente de empleo en la industria
manufacturera; sin embargo, en los últimos años, ha experimentado un
decrecimiento considerable. Así, en 2016, se exportó un total de US$ 1,196 millones
en textiles, un 10.1% menos respecto al valor exportado en 2015 y un 33.8%
menos que en 2014 (ver Semanario N.°
881). Con esto, ya son cuatro años consecutivos
que las exportaciones del sector experimentan una caída y es poco probable que en
2017 se pueda revertir esta tendencia, si consideramos el leve incremento del
3% interanual registrado en el primer semestre.
Uno
de los aspectos que explica esta contracción es, sin lugar a dudas, la baja
capacidad innovadora del sector. Según la Encuesta Nacional de Innovación en la
Industria Manufacturera, elaborada en 2015 por el Instituto Nacional de
Estadística e Informática (INEI), el 61% de empresas manufactureras realizó
actividades de innovación, pero en el caso de las empresas de productos
textiles dicho porcentaje ascendió solo al 49%, uno de los más bajos de la
industria. Esto correspondió tanto a la innovación tecnológica, relacionada con
mejoras en los productos o en los métodos de producción, como a la no
tecnológica, relacionada con cambios en las prácticas de negocio, la
organización empresarial y la comercialización de los productos. Asimismo, se
encontró que solamente el 5.3% de empresas de fabricación de productos textiles
y el 1.6% de empresas de fabricación de prendas de vestir protegen sus
innovaciones.
Esta
carencia se evidencia también en la lenta adaptación al cambiante mercado
global. Una tendencia a la cual nos adaptamos muy tarde, por ejemplo, fue al
cambio de la demanda mundial de textiles a las fibras sintéticas (ver Semanario
N.º
853). La consecuencia fue la caída en las
exportaciones de t-shirts de algodón,
tradicionalmente nuestro principal producto de exportación textil (una caída
del 34.6% entre 2013 y 2016); mientras que otros productos, como camisas de
fibras sintéticas, hilados y prendas de vestir de lana, aumentaron su valor
exportado en dicho periodo.
Sin
embargo, hoy, las fibras sintéticas no son nada nuevo. Basta con indagar un
poco sobre tendencias mundiales para evidenciar la alta capacidad innovadora de
la industria. Prendas
reutilizables a base de plásticos, tejidos a partir de fibras de alimentos como
la piña, textiles que reaccionan a la lluvia y el viento, son ejemplos de cómo
la exploración tecnológica y la búsqueda de la sostenibilidad ambiental, han
llevado a la industria a encontrar nuevas posibilidades de innovar en el
desarrollo de los textiles, ya sea por medios industriales, biológicos o
tradicionales.
Tampoco
podemos hablar de innovación sin referirnos al algodón, materia prima
fundamental para el sector, cuyo caso hemos discutido ampliamente en ediciones
anteriores (ver semanarios N.°
883 y N.°
868). No solamente la oferta nacional es insuficiente,
sino que, debido a la moratoria al ingreso de semillas y productos
genéticamente modificados establecida en el Gobierno anterior, nuestro país no
puede apostar por la introducción de semillas genéticamente modificadas, que
harían a los cultivos más resistentes frente a ciertos insectos y plagas, y
mejorarían por tanto su productividad y calidad sin atentar contra nuestra
biodiversidad.
En
este sentido, el sector textil-confecciones no puede seguir operando bajo una
modalidad tan pasiva y tradicional. Urge mayor innovación: búsqueda de nuevos
nichos, ampliación de nuestra oferta e incursión en productos de alta gama y
hechos con insumos sintéticos, que incorporen nuevas tecnologías a la
producción. Debe establecerse también una agenda que promueva la competitividad
y la productividad, ya sea mediante la reducción de los sobrecostos existentes,
la mejora de la infraestructura y la logística, o la lucha contra la alta
subvaluación y el contrabando con las medidas adecuadas.
Al
respecto, recientemente, el Ministerio de la Producción, señaló que se están
evaluando distintas medidas para darle un mayor impulso al sector, que incluyen
acciones para combatir la subvaluación y eliminar las barreras burocráticas y
los trámites innecesarios —identificados a través del portal Dime Tu Traba—,
que impiden el desarrollo y le restan competitividad a este y otros subsectores
de la industria. También se despliegan esfuerzos desde otras plataformas, como
la feria internacional Perú Moda, cuya última edición se enfocó fuertemente en
la innovación, con charlas sobre lo último en tendencias y tecnología aplicada
al rubro textil.
Un
sector tan emblemático de nuestra economía y uno de los más dinámicos en la
generación de empleo no puede quedar condenado al olvido: solo nos queda
adaptarnos e innovar.
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