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Sin inversión, cinco años más no bastarán
Por ComexPerú / Publicado en Septiembre 05, 2016 / Semanario 859 - Hechos de Importancia
![](https://www.comexperu.org.pe/upload/images/hechos-110118-052114.jpg)
Recientemente,
el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) ha publicado el Marco Macroeconómico
Multianual 2017-2019 Revisado (MMMR), en el que se esbozan las principales
perspectivas de la economía peruana hacia 2021. De acuerdo con el documento,
mientras que el contexto internacional se mantendrá incierto, la economía
cerrará en 2016 con un crecimiento del producto bruto interno (PBI) del 4%,
impulsado por la actividad minera, que crecerá un 20.1% y aportará al PBI 1.7
puntos porcentuales (pp) en su crecimiento. Mientras que, para los siguientes
años, el MMMR indica que el PBI crecerá un 4.8% en 2017, un 4.3% en 2018 y un
4.1% en 2019.
Detrás
del elevado crecimiento en 2017 resalta la inversión privada, cuya variación se
espera pase del -1.7% en 2016 al 5%. El incremento de esta variable se sustenta
en la recuperación de la confianza empresarial durante el presente año, que
según las estimaciones del MEF se debe primordialmente a factores locales y no
externos. Este es un punto importante, ya que da un mayor margen de acción al
Gobierno para mejorar las expectativas de inversión por sus propios medios,
como el destrabe de proyectos y la simplificación administrativa. En
particular, la nueva inversión provendrá de sectores distintos al minero y de
hidrocarburos (ambos equivalentes a un 22% de la inversión privada en 2015), y
estará enfocada en proyectos de infraestructura.
A
partir de esta mayor inversión privada, el MMMR plantea que se generará un
círculo virtuoso entre inversión, consumo y empleo. Las inversiones en
infraestructura crearán nuevas oportunidades de inversión y nuevos negocios, lo
que debería incrementar el empleo formal y, por consiguiente, el consumo de las
familias. De esta forma, en 2018 y 2019, la inversión crecerá a un ritmo menor
(5.5% y 5.9%, respectivamente), pero el crecimiento del consumo privado
aumentará del 3.7% en 2017 al 4.5% en 2019.
Dadas
estas proyecciones, el MEF estima que la tasa de crecimiento del PBI potencial[1]
en el periodo 2016-2021 será del 4%, un número bajo considerando que entre los
años 2004 y 2010 esta fue equivalente al 6.4%. Por ello, uno de los objetivos
principales consiste en incrementar esta tasa a un 5%, mediante reformas
estructurales. Estas se centrarán en dos ejes: una mayor acumulación del
capital de infraestructura y un aumento de la productividad total de factores
(PTF) a través de la formalización.
No
obstante, cabe resaltar que el MMMR trata los efectos de estos dos ejes en
diferentes momentos en el tiempo. Si bien se ha estimado que ambos aportarán
0.5 pp a la variación promedio del PBI potencial en los próximos cinco años
—tomando en cuenta un escenario muy probable en el que los procesos de formalización
tardarán un tiempo considerable en tomar forma—, será la inversión en capital
la que, en un primer momento, impulsará el crecimiento, para luego enfocarse en
la formalización.
Es
decir, se pretende, en primer lugar, crear una infraestructura productiva
(agricultura, puertos y carreteras) y de servicios públicos necesaria para
reducir brechas de competitividad y generar ambientes propicios para el
desarrollo humano y económico. Y, en segundo lugar, realizar políticas a favor
de la formalización, tales como la reducción de los costos para hacer negocios,
la simplificación tributaria, el mayor acceso al crédito, entre otros, para
crear una nueva mano de obra que cuente con los beneficios que trae la
formalidad y aprovechar también el nuevo capital, para así aumentar la
productividad.
Por
lo tanto, a partir de lo expuesto en el MMMR, se entiende que el crecimiento
del país hacia el 2021 se encuentra fuertemente vinculado a la inversión. Por
ello, será vital que el Gobierno plantee condiciones favorables para esta, pero
a su vez deberá estar preparado en caso se presenten situaciones de riesgo. Por
ejemplo, si se da un aumento más rápido de la tasa de interés de la Reserva
Federal de EE.UU., el crédito se encarecerá y los capitales se moverán hacia
ese país, con lo cual el Gobierno no podría actuar pasivamente, sino que
debería generar un ambiente positivo para invertir en el Perú, sacando adelante
nuevos proyectos. De igual forma, será importante evaluar el gasto público, ya
que un comportamiento desmedido de este podría generar restricciones que
impidan la inversión pública, tanto en el nivel nacional como el regional y
local. Otras restricciones podrían surgir por malas gestiones de la inversión o
la aparición de nuevas trabas.
En
síntesis, el Estado debe estar completamente preparado para evitar el atraso de
las inversiones, ya que a partir de ellas crecerán el empleo, el consumo y la
productividad. De lo contrario, cinco años no serán suficientes.
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