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¿Un nuevo aumento del salario mínimo?
Por ComexPerú / Publicado en Mayo 08, 2017 / Semanario 890 - Economía
En las últimas semanas, el
Ejecutivo anunció la posibilidad de aumentar la remuneración mínima
(RM), coloquialmente conocida como salario mínimo,
durante el presente año. El presidente Pedro Pablo Kuczynski señaló que
dicho aumento sería factible gracias a la reactivación de la economía. A su
vez, el titular del Ministerio de Economía y Finanzas, Alfredo Thorne, sostuvo que el sueldo mínimo podría
elevarse a S/ 900 si durante el año se alcanza un crecimiento del 4.8% y si la
tasa de inflación se mantiene alrededor del 3%. Por su parte, Alfonso Grados,
ministro de Trabajo y Promoción del Empleo, indicó que a mediados de 2017 se
revaluaría el incremento de la RM en el Consejo
Nacional de Trabajo (CNT).
En la última
década, la RM ha sido elevada en diversas ocasiones. En 2007, el salario mínimo
se ubicaba en S/ 500 y fue aumentando gradualmente hasta alcanzar los S/ 750 en
2012. Poco antes de las elecciones presidenciales de 2016, el expresidente
Ollanta Humala decretó unilateralmente un aumento del sueldo mínimo, de S/ 750
a S/ 850, adelantándose así a muchas promesas de campaña de elevar la
remuneración mínima. Es decir, con ese último incremento, la RM aumentó un 70%
en los últimos diez años.
Factores a
considerar
Si bien un aumento del salario mínimo puede ser
favorable desde un punto de vista político, no necesariamente tendría el
impacto deseado en el plano económico, por lo que debería ser evaluado de
acuerdo con distintos criterios.
Una primera consideración es el nivel de
informalidad en el país. Según el Instituto Nacional de Estadística e
Informática (INEI), más de 7.5 millones de trabajadores -lo que equivale a un
73% de la fuerza laboral- son informales. Dicha cifra se eleva aún más al
considerar las pequeñas y medianas empresas (Pyme), que representan más del 90%
de las empresas en el país, o al enfocarse en sectores como el agropecuario y
el pesquero. Entonces, toda medida de política pública en materia laboral, como
un aumento del salario mínimo, tan solo beneficiaría a aquellos trabajadores
que laboran en el mercado formal y que logren mantener sus puestos de trabajo
tras dicho aumento, es decir, un porcentaje minoritario de la población. Cabe
resaltar que, dada la rigidez laboral en nuestro país (ver Semanario N.° 828), el aumento
de los costos que supone esta medida desincentivaría la formalización, sobre
todo para las Pyme.
En segundo lugar, se debe tomar en cuenta la
productividad de los trabajadores, la cual está asociada a factores como
innovación, educación, infraestructura y eficiencia. De acuerdo con el Banco
Central de Reserva del Perú (BCRP), en 2016, si bien el crecimiento de la
productividad laboral en el país ha sido uno de los más altos en la región
durante la última década, en los últimos años se ha ubicado alrededor del 2%.
La baja productividad se percibe sobre todo en el sector informal: según cifras
del INEI, si bien esta informalidad representa tres cuartos del trabajo total
disponible, su producción representa menos de la quinta parte del PBI. Así, un
aumento del salario mínimo no respaldado por un incremento en la productividad
generaría desempleo, ya que expulsaría de la fuerza laboral a los trabajadores
menos productivos, aquellos “muy costosos” para las empresas.
En tercer lugar, es necesario considerar el
nivel inflacionario de la economía, dado que este disminuye la capacidad
adquisitiva de los salarios y, por ende, el nivel de bienestar de los
trabajadores en períodos de elevada inflación. En los últimos tres años, la
tasa de inflación se ubicó por encima del rango meta del BCRP del 3%, y se
pronostica una cifra similar para 2017, lo que podría representar un argumento
para sustentar un pequeño incremento del salario mínimo, aunque consideramos
que no sería suficiente para contrarrestar la relevancia que alcanza el nivel
de informalidad de nuestra economía en las decisiones de políticas públicas en
materia laboral.
Adicionalmente,
debemos ser conscientes de que, actualmente, el salario mínimo oficial no es
equivalente al que perciben los trabajadores, dado que en el régimen laboral
general el empleador debe cubrir 15 RM al año, incluyendo dos gratificaciones y
una compensación por tiempo de servicios. Así, a la fecha, la remuneración
mínima anual ascendería a S/ 12,750, equivalentes a S/ 1,062.50 efectivos al
mes y no a S/ 850, como generalmente se considera. Incrementar el salario
mínimo, por ejemplo, a S/ 900, en realidad significaría elevarlo a S/. 1,125 al
mes, por lo que los incrementos en la productividad y la inflación, en un buen
análisis, deberían justificar dicha cifra.
Las recientes
declaraciones de los miembros del Ejecutivo sobre un posible aumento del
salario mínimo son acertadas, pero respecto a que el mismo debe estar
condicionado y ser proporcional a la productividad laboral, la inflación y el
crecimiento económico del país. Adicionalmente, es crucial establecer un
diálogo con los diversos actores a quienes concierne dicha política, para
llegar a una decisión consensuada, como se pretende lograr a través del CNT,
por más que algunos sindicatos de trabajadores hayan decidido no participar temporalmente
de esta instancia.
Si lo que se quiere es enfrentar decididamente la
informalidad e impulsar la productividad y la competitividad del país, se deben
priorizar las políticas de inversión en tecnología y en educación de calidad,
así como disminuir los costos de formalización para las empresas.
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