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Índice de Desarrollo Humano 2016
Por ComexPerú / Publicado en Mayo 01, 2017 / Semanario 889 - Actualidad

Publicado
por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Índice de
Desarrollo Humano (IDH) es un indicador que, de manera esquemática, muestra los
logros de 188 países obtenidos en las siguientes dimensiones del desarrollo
humano: i) tener una vida larga y saludable, ii) adquirir conocimientos y iii)
disfrutar de un nivel de vida digno. Para ello, hace uso de una gama de
variables como, por ejemplo, la esperanza de vida al nacer, el ingreso per
cápita, el nivel de desigualdad, el nivel de pobreza, entre otros.
De
acuerdo con el PNUD, en los últimos 25 años, el mundo ha mejorado
sustancialmente en materia de desarrollo humano. Así, se ha elevado la
longevidad de las personas, la asistencia de niños y jóvenes a la escuela y el
acceso a los servicios básicos. El gran impulso se ha dado gracias a la
globalización como herramienta de integración de personas, mercados y trabajo,
y a la revolución digital.
El
IDH de 2016 para el mundo fue de 0.717 (0 es el valor más bajo y 1 el más
alto), lo que refleja una mejora respecto al periodo anterior (0.702), pero
revela todavía un desarrollo medio. Y es que existen obstáculos que han
impactado en el desarrollo humano universal, como la desigualdad y la
malnutrición, privaciones que son, a veces, difíciles de mitigar a nivel geográfico,
social, económico y político. Esto, sin duda, ha condicionado sus resultados,
motivo por el cual el progreso ha sido desigual. No todos los países tuvieron
una mejora e incluso en un mismo país no todas las regiones experimentaron
mejoras en el desarrollo humano, con un marcado contraste entre capitales y
zonas rurales, de acuerdo con los resultados del índice.
Es
importante resaltar el cambio en la escena geopolítica y el surgimiento de los
países en desarrollo como economías fuertes. No sorprende entonces que, entre
1990 y 2015, el número de países con un bajo desarrollo humano disminuyera de
62 a 41, y los que tienen un alto desarrollo humano crecieran de 11 a 51.
En
lo que respecta al Perú, nuestro país tiene una puntuación de 0.740, con lo que
se encuentra en la categoría de desarrollo alto y por encima del promedio
mundial. Cabe destacar que, con este resultado, mantenemos una tendencia creciente
desde 1990. Pese a esto, ocupamos la posición 87, por debajo de Chile (38),
Argentina (45), Uruguay (54) y México (77).
Al
respecto, el Perú debe mejorar dos aspectos importantes: el ingreso anual
nacional bruto per cápita y la media de años de escolaridad. Con respecto al
primero, en nuestro país es de US$ 6,130, mucho menor al de Chile, con US$
14,100, y más lejos aún del de EE.UU., con US$ 55,980. Por otra parte, respecto
al segundo, la media en el Perú es de 9 años, mientras que en los países
desarrollados es mayor, tal como sucede en EE.UU., que tiene una media de 13.2
años.
Dar
solución a estos problemas es, evidentemente, todo un reto, en tanto implica
enfocarse en una multiplicidad de factores como la mejora de la
infraestructura, la calidad y cobertura educativa, así como promover la
participación de la inversión privada, entre otros.
Con
respecto a la educación, urge mejorar el gasto en este sector. A pesar de haber
aumentado un 35% entre 2006 y 2016 (2.8% a 3.8% del PBI), es aún bajo comparado
con el de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos - OCDE (5.5% en promedio). En los últimos años, el Ministerio de
Educación (Minedu) ha emprendido una serie de acciones que han permitido
mejorar el acceso a educación, así como el rendimiento de los estudiantes (ver Semanario N.° 880).
Sin embargo, aún queda mucho por hacer. Por ejemplo, este mayor gasto, entre
otras cosas, debe orientarse a reducir la brecha en el rendimiento educativo
entre alumnos de zonas rurales y urbanas. Así, debemos apostar por la igualdad
de oportunidades, dado que permite, en el largo plazo, una revalorización del
capital humano, lo que se traduce en mayores salarios y mayor desarrollo.
Igualmente,
es necesario el mejoramiento de la infraestructura, no solo educativa, sino
también de otros sectores clave para nuestro desarrollo y crecimiento, como
salud y transporte. Uno de los objetivos principales debe ser llegar a las
zonas más alejadas, con el fin de integrar los pueblos al mercado externo y así
generar mayor bienestar. Por otra parte, se debe promover la inversión privada.
Para esto, las obras por impuestos (Oxl) se muestran como un mecanismo
eficiente, sobre todo en periodos de emergencia como el que vivimos
actualmente, para fomentar esta inversión en sectores como educación, salud,
turismo, seguridad, entre otros.
Alcanzar
un mayor desarrollo humano es de vital importancia para las naciones, y esto no
es ajeno al Perú. Año tras año, aumenta nuestro desempeño en el IDH. Mejorar
aún más depende de nosotros y de nuestra capacidad y voluntad para superar los
obstáculos. ¡Sigamos adelante!
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