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Términos de intercambio: seamos cautos
Por ComexPerú / Publicado en Febrero 13, 2017 / Semanario 879 - Economía

De
acuerdo con el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), el índice de términos
de intercambio (TI) es aquel que relaciona un índice de precios de exportación
con uno de precios de importación. Refleja el poder adquisitivo de nuestras
exportaciones respecto de los productos que importamos. Por lo mismo, un
aumento de este índice es positivo, porque ahora podemos comprar más bienes
importados con la misma cantidad de bienes exportados. Así, los TI en nuestro
país experimentaron un incremento significativo en los últimos seis meses:
pasaron de 92.97 en julio de 2016 a 97.44 en diciembre último, es decir, un
aumento del 4.8%; y se espera que la tendencia al alza continúe en 2017.
¿A
qué se debió este resultado? Particularmente, al desempeño de las exportaciones
tradicionales. Por ejemplo, las ventas peruanas de oro aumentaron un 10% entre
2015 y 2016; las de cobre, un 32% en el mismo periodo; y las de plomo, un 7%.
Dicho resultado se debió a un aumento en los precios de exportación (+13% en
diciembre) del oro, el cobre, el zinc y los hidrocarburos, generado por una
mayor demanda externa (ver Semanario N.° 877).
Por otro lado, las importaciones se redujeron un 5% durante 2016, lo que
contribuyó a una mejora en los TI. Esto se debió a la caída de las
importaciones de bienes de capital (-7.1%) y de bienes intermedios (-4.1%).
De
acuerdo con el BCRP, un aumento del 10% en los TI se asocia a un aumento del
4.6% de la inversión privada un año después. Sin embargo, no podemos afirmar
que esto sucederá y menos durante 2017. Ante todo, el tiempo de estudio es muy
corto: solo han pasado 6 meses de crecimiento del índice (y apenas tres de
crecimiento ininterrumpido, como se aprecia en el gráfico), por lo que habría
que esperar a mediano o largo plazo para medir los posibles efectos en la
inversión privada.
Por
otra parte, según el Marco Económico Multianual Revisado 2017-2019, elaborado
por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), la economía peruana se estaría
acelerando por un crecimiento temporal del sector minero, mientras que persiste
la contracción de la inversión privada; es decir, no podríamos afirmar que
dicho resultado económico está basado en factores sólidos que impulsen la
demanda agregada y, por ende, mejoren el bienestar de la población en el
mediano y largo plazo. La inversión se ha contraído durante doce trimestres
consecutivos, afectando el empleo en nuestro país. Así, según el Instituto
Nacional de Estadística e Informática (INEI), en los últimos seis meses hubo
42,000 desempleados más que en el mismo periodo de 2015.
De
acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía peruana
crecería alrededor de un 4% en 2017 y 2018, resultado que se alcanzaría a
partir de un aumento de la inversión privada en el orden del 5% en dichos años,
según el BCRP. Así, en dicho periodo se estiman 177 proyectos de inversión por
un monto mayor a US$ 20,457 millones, de los cuales un 29.3% corresponden al
sector minería; un 16.8%, a infraestructura en general, y un 21.1%, a otros
sectores. No obstante, si bien existen una serie de proyectos en cartera,
debemos prestar atención al ambiente político e institucional de nuestro país,
los cuales de alguna u otra manera han sido factores determinantes para el
logro de inversiones.
Por
ejemplo, si no se toman acciones para defender el modelo económico de promoción
de inversiones, muy probablemente el escándalo de Odebrecht impactará
negativamente no solo en la confianza empresarial, sino también en la ejecución
de inversiones en nuestro país. Recientemente, la calificadora Moody’s redujo
las expectativas de crecimiento del 4.5% al 3.7%. Y es que el incremento del
desánimo por los presentes y futuros destapes de corrupción disminuyen el
optimismo y, sin este, las empresas no invierten y los consumidores no gastan.
No
obstante, los decretos legislativos del Ejecutivo, mediante los cuales se
aprobaron medidas para agilizar las inversiones, entre otras cosas, son
positivos. Así, el paquete simplificador de trámites, que presenta propuestas
como la interconexión de base de datos de las entidades del Estado, la
eliminación de “copias de documentos inútiles”, etc., permite reducir sus
costos y agilizarlos. Por otro lado, el destrabe de inversiones permitirá la
inyección de S/ 18,000 millones en obras, lo que aumentará la confianza
empresarial y repercutiría en una mayor inversión. Por último, el fomento de
asociaciones público-privadas (APP) permitirá que se realicen 32 procesos de
adjudicación, por un valor de US$ 10,350 millones (ver Semanario
N.° 878).
Es indudable que un aumento de los TI supone una
transformación positiva en la salud económica del país; sin embargo, es muy pronto
para asegurar que incidirá a corto plazo en la inversión privada. Es necesario
que los proyectos de inversión se concreten, a la vez que se impulsen medidas
que atraigan capital privado. No se puede repetir lo sucedido años atrás,
cuando dependimos ciegamente de los precios internacionales, por lo que debemos
fomentar la inversión en sectores que reduzcan nuestra vulnerabilidad al
mercado externo, es decir, que se apunte a invertir en infraestructura a todo
nivel.
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