Page 11 - Negocios internacionales

PORTADA: ECONOMÍA DIGITAL
Cada una de estas culturas posee
sus propias visiones, que en algunos
casos se complementan y han
generado beneficios en los procesos de
interculturalidad que las fortalecen. En
otros casos, han surgido divergencias
que algunos consideran irreconciliables.
No obstante, todos los grupos humanos
necesitan alimentarse, vestirse, contar
con una vivienda, producir, desplazarse,
etc. Una de las maneras de facilitar la
cotidianeidad de las personas es poner
a su disposición servicios como agua,
electricidad, comunicación, telefonía,
internet, etc.
En función a lo anterior, cada grupo
humano sabrá valorar si los incorpora
o no a su proceso de interculturalidad.
Afortunadamente, la historia nos
enseña que, no obstante la diversidad
cultural, hay aportes mutuos que sí
resultan valorados. En consecuencia,
no se trata de asimilar o incorporar a
un grupo dentro de otro, y tampoco de
que se pierdan identidades, pero sí de
contribuir a un escenario de encuentro
en la diversidad.
Cuando los diversos grupos humanos
del Perú reclaman la mejora de
la calidad de la educación, en el
fondo lo que buscan es contar con
competencias que les permitan
acceder a mejores oportunidades
de desarrollo. En consecuencia,
quien gobierna tiene que formularse
la siguiente pregunta: ¿cómo
fortalezco aquello que nos une y
nos particulariza? La respuesta es la
siguiente: generando oportunidades.
Si el Estado ha producido un sistema
anquilosado que no le permite avanzar
con facilidad, lo que tiene que hacer es
removerlo antes de que las expectativas
sociales se desborden, y si en este
proceso resulta más beneficiosa la
participación del sector privado, pues el intercambios de bienes y servicios
Estado debe promoverla.
Por ejemplo, si el servicio de suministro
de agua de calidad no alcanza el
100% de cobertura con niveles de
satisfacción adecuados, habrá un
segmento de la población que estará
más expuesto a contraer enfermedades
de diverso tipo, sea de la cultura que
fuere. Por lo tanto, el beneficio de la
interrelación y la interculturalidad entre
los grupos humanos se ve defraudado
o postergado, ergo, la oportunidad
económica que representa el estar sano
es dejada de lado. Lo mismo sucede si
no se hace lo propio con el tratamiento
de aguas residuales o de desechos,
porque sin una disposición adecuada
de ellos se termina por impactar el
espacio que compartimos, perjudicando
el ambiente.
Afortunadamente, la tecnología es
transversal a los grupos humanos
y genera mayores beneficios y
oportunidades siempre que haya
una plataforma que facilite su
aprovechamiento y que el recurso
humano —existente en su diversidad—
esté debidamente capacitado.
Cuando se habla de economía digital,
de comercio electrónico, de atender una
emergencia médica a distancia, también
se está hablando de las plataformas que
lo hacen posible y de todo aquel instru-
mental que es requerido para su mejor
funcionamiento, los cuales no son produ-
cidos en el país y, por lo tanto, deben ser más en el futuro cercano, la economía
importados y pagados con una moneda
reconocida internacionalmente, el dólar.
A veces, como colectivo social, nos
concentramos en los beneficios y las
oportunidades que esperamos obtener,
pero dejamos de lado la perspectiva que
nos da el observar el bosque y no solo el
árbol que tenemos al frente.
La economía es el registro de los
producidos que realizan los ciudadanos
tanto en el interior como con el exterior.
En consecuencia, el fomento de
intercambios que representan para
el país un mayor valor económico
redunda en beneficio de los ingresos del
Estado y de su posibilidad de impactar
favorablemente al conjunto de los
pobladores.
Si el territorio nacional cuenta con agua
suficiente (el Perú es el octavo país con
mayor disponibilidad de agua del mundo),
así como con recursos geológicos que
deben ser puestos en valor, resulta
adecuado el empleo racional de ambos
recursos para potenciar actividades
como la minería y la agricultura. La
primera genera excedentes económicos
que harán posible el financiamiento de
la infraestructura hídrica que requiere
la segunda. Las poblaciones que se
asientan en zonas distantes de los
centros urbanos, generalmente, se
dedican a la agricultura y a la ganadería
de subsistencia; si ambas son
potenciadas, su identidad también lo
será porque producirán e intercambiarán
más en función del legado cultural que
ostentan.
Cuando se toma como referente a la
minería no es para proponer exclusión o
exclusividad alguna, sino para el fomento
de complementariedades que permitan,
entre muchas otras cosas, aprovechar lo
existente que se va a potenciar mucho
digital. Pero tengamos siempre presente
que esta economía acelerará los
mecanismos de intercambio, lo que
a su vez requiere una plataforma de
tecnologías de la información y de
productos o servicios que deben ser
comercializados. En consecuencia, sin
recursos humanos capacitados para
lo que se viene, corremos el riesgo de
quedar al margen. El tren de la historia
pasa solo una vez, ya es tiempo de
coger el estribo.