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PORTADA: MEJORA REGULATORIA
AIR involucra el análisis de los inputs
recibidos en la consulta pública y el
establecimiento de los mecanismos de
cumplimiento y evaluación ex post.
Sin embargo, tal como se evidencia en
la experiencia internacional (OCDE,
2015)1, uno de los principales
obstáculos para la implementación
adecuada del AIR es la inercia
burocrática y la existencia de una
cultura excesivamente legalista.
De mantenerse este “mindset”
burocrático, la adopción de este
análisis puede convertirse en una
mera formalidad administrativa.
Para superar ese obstáculo, es
necesario promover y gestionar el
cambio cultural en la administración
pública hacia la innovación regulatoria. (iv) Prototipar la mejor solución, bien
Esto significa dejar a un lado el “chip
burocrático” y aceptar en el Gobierno la encontrar el producto, servicio o proceso
misión de involucrar a los ciudadanos
y empresas en la creación de
soluciones regulatorias. Para ello, los
reguladores tienen que empatizar con
sus stakeholders, esto es, tomar sus
decisiones con un enfoque basado en
las personas (ciudadanos, empresas o
usuarios), a fin de poner los problemas
y necesidades reales que estos
enfrentan en el centro mismo del diseño
regulatorio, y promover al mismo tiempo
la experimentación para encontrar
soluciones eficientes y efectivas.
En ese contexto, el uso del diseño
centrado en las personas (“human-
centered design” o “user-centered
design”), conocido también como
Design Thinking (DT) o pensamiento
de diseño, surge como una excelente
oportunidad para ayudar a cambiar
el mindset burocrático2. En efecto, el
DT ofrece un cambio en la forma de
pensar, ya que no solo se trata de
hacer cosas innovadoras, sino de
pensar de forma innovadora3. En ese
sentido, el DT es una metodología y
un proceso que busca:
(i) Empatizar con las personas objeto
de investigación, esto es, identificarse
con ellas (ponerse en sus zapatos), a
fin de entender qué es lo que piensan
y experimentan en su propia realidad,
para conocer sus necesidades y los
problemas que enfrentan.
(ii) Definir un problema o desafío
específico siguiendo el mismo proceso
de observación directa, a fin de hallar
una solución innovadora.
(iii) Idear las posibles soluciones para las como su implementación, cumplimiento
necesidades y problemas identificados,
a través de la exploración de alternativas
diferentes y siguiendo un proceso de
cocreación, en las que se reconocen
como válidos todos los insights.
sea con un prototipo físico o digital, para
que quieren y necesitan las personas.
(v) Testear el prototipo directamente con
las personas identificadas para obtener
retroalimentación de lo que sirve y lo que
no, para efectuar correcciones rápidas
al prototipo cuando todavía está en fase
experimental (fallar rápido y barato),
escalando e implementando solo aquello
que se pudo comprobar que sirve4.
Si bien el DT ha tenido un uso extendido
en el mundo empresarial, su aplicación
se viene dando con mayor frecuencia en
el campo de las políticas públicas5. De
esta forma, aplicado al ámbito regulatorio,
puede ayudar a reemplazar la lógica del
“comando y control” —en la que las
regulaciones son diseñadas según el
“leal saber y entender” de los burócratas,
y luego exigidas coercitivamente a los
ciudadanos (top-down approach)— por
un enfoque colaborativo que ofrece la
posibilidad de entender los problemas
reales de los ciudadanos, así como de
canalizar la innovación y desarrollar
espacios de cocreación para idear, de
manera creativa, soluciones regulatorias
eficientes y efectivas, lo cual ciertamente
exige que el servidor público adquiera
habilidades de empatía y despliegue
una labor de investigación fuera del
escritorio.
De la misma manera, el DT tiene la
potencialidad de innovar cada una
de las etapas del AIR, ya que con
su enfoque “usuario-céntrico” puede
mejorar la definición del problema, el
análisis de las alternativas de solución,
el testeo de la solución elegida, así
y monitoreo ex post. Esto facilita,
asimismo, el involucramiento de quienes
serán los destinatarios de la regulación
en un proceso iterativo de cocreación. El
resultado que se espera de este proceso
de innovación sería un producto distinto
al tradicional y de alto valor público:
regulaciones más responsivas a los
problemas de los ciudadanos6.
En definitiva, hay que sacar a los
servidores públicos de su zona de
confort para involucrarlos en un proceso
de innovación y creatividad orientado al
diseño de regulaciones con empatía.
1 Al 1 OECD (2015). Regulatory Policy in Perspective: A
Reader´s Companion to the OECD Regulatory Policy Outlook.
París: OECD Publishing.
2 Bason, C. (2013). “Design-Led Innovation in Government”.
Standford Social Innovation Review.
3Brown,T. (2008). “DesignThinking”. Harvard Business Review.
4 Kembel, G. (2009). “George Kembel: Awakening creativity”.
Lecture at the Chautauqua Institution.
5Moilanen, S. (2019). “When to Use User-Centered Design for
Public Policy”. Standford Social Innovation Review. Ver también
Liedtka, Salzman yAzer (2017). DesignThinking for the Greater
Good. Columbia University Press.
6 Mintrom, M. y Luetjens, J. (2016) “Design Thinking in
Policymaking Processes: Opportunities and Challenges”.
Australian Journal of Public Administration.