Para nadie es una novedad que las bolsas de plástico son una fuente de contaminación importante en nuestro país y en el mundo. De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP, por sus siglas en inglés), 8 millones de toneladas de plástico terminan en los océanos cada año, entre ellas un billón de bolsas plásticas, lo que amenaza gravemente el ecosistema marino. Incluso, afirman que hacia 2050 habría más plásticos que peces en los océanos, si los seres humanos no comenzamos a controlar el uso de artículos de este material.

Esto sucede porque una bolsa de plástico común (de polietileno o polipropileno) demora cerca de 400 años en descomponerse. Mientras tanto, da vueltas por el medio ambiente, entre las calles, la basura y los rellenos sanitarios o desmontes, para acabar finalmente en el mar. A diferencia de, por ejemplo, las bolsas biodegradables, que cuentan con un aditivo especial que les permite iniciar un proceso de degradación y fragmentación para convertirse en agua, biomasa, sales minerales y dióxido de carbono, aunque en un lapso de uno o dos años.

El mundo entero viene mejorando las prácticas de producción y consumo para mitigar este grave problema. Es así que vemos iniciativas como “Mares Limpios”, de la UNEP, cuyo objetivo es transformar los hábitos, prácticas, normas y políticas en todo el mundo a fin de reducir considerablemente la basura marina y el daño que esta provoca, al involucrar a los Gobiernos, el sector privado y la sociedad civil. En un año, la iniciativa ha logrado comprometer a 30 Estados participantes, de los cuales 10 pertenecen a América Latina y el Caribe, entre ellos el Perú, Colombia, Ecuador, Brasil, Uruguay y Panamá.

En nuestro país se viene discutiendo una normativa que justamente va en esa línea. El Proyecto de Ley N.° 2368, del grupo parlamentario Peruanos Por el Kambio, propone prohibir y reemplazar progresivamente el uso de bolsas de polietileno y otros materiales de plástico convencional entregadas por distintos tipos de comercio para el transporte de productos y mercadería. De acuerdo con esta iniciativa legislativa, las micro, pequeñas y medianas empresas de supermercados, mercados, autoservicios, almacenes y comercios, tendrían un lapso de dos años para proceder al reemplazo progresivo de las bolsas de plástico convencionales por unas de material degradable o biodegradable; mientras que las grandes empresas de los mismos rubros tendrían un plazo de un año. Todo ello con el objetivo de reducir el evidente impacto en el medioambiente por el uso indiscriminado del plástico.

De no hacerlo, las empresas se enfrentarían a consecuencias como amonestaciones, multas, decomisos, clausuras temporales y hasta definitivas, según la gradualidad del incumplimiento y la categoría empresarial.

¿CÓMO SE APLICA EN EL MUNDO?

Panamá se convirtió en el primer país centroamericano en prohibir la entrega de bolsas plásticas en los comercios. Así, desde el 20 de enero de 2018, las empresas tienen un año y medio para hacer la transición de bolsas plásticas de polietileno a bolsas reutilizables que deberán ser vendidas a los consumidores.

Chile, al igual que Panamá, ha prohibido las bolsas plásticas en zonas costeras; pero permitirá la entrega de bolsas biodegradables en establecimientos comerciales, siempre que tengan la certificación correspondiente del Instituto Nacional de Normalización chileno. Además, el Ministerio del Medio Ambiente será el encargado de aprobar las normas técnicas que establezcan los estándares de calidad de dichas bolsas.

Parecido es el caso de Ciudad de México, que prohibió a las tiendas entregar bolsas que no sean biodegradables, a menos que el usuario pague por ellas. Colombia, por su parte, apostó por reducir el uso de bolsas plásticas a través de un impuesto al consumo. De esta manera, los usuarios que deseen este tipo de bolsas para trasladar sus productos al comprar en establecimientos comerciales, deberán pagar un cargo adicional de 20 pesos colombianos por cada una. Esta tarifa irá aumentando progresivamente hasta llegar a 50 pesos en 2020.

Como podemos notar, existen distintas medidas: las que prohiben total o parcialmente el uso de bolsas plásticas, las que establecen un impuesto o tasa a cargo del consumidor, y las que son un híbrido entre la primera y la segunda. Lo cierto es que ya son más de 30 países los que regulan de alguna manera el uso de bolsas plásticas y el Perú se alinea con el resto del mundo al dar un paso adelante en esta tarea. Ahora solo tocaría definir qué esquema sería el mejor para nuestra sociedad. Desde ComexPerú, analizaremos el tema a profundidad para aportar seriamente a la construcción de una política eficiente y sustentable.