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PORTADA: COMPETITIVIDAD Y PRODUCTIVIDAD
Debo decir que la oportunidad me
generó varias dudas antes de decidir
cómo enfocar el artículo e incluso
varias conversaciones con colegas
respecto de cómo veían la agenda
de competitividad y productividad
planteada por el Ministerio de
Economía y Finanzas (MEF). La
interrogante que quedaba luego
de cada conversación era la de
cómo hacer para que estos planes
y políticas no queden como tantas
hojas de ruta que se han elaborado
y de verdad informen sobre la
política pública de los próximos años,
independientemente de la coyuntura y
de quién sea el presidente de turno.
Y es exactamente ahí donde quisiera
enfocar esta reflexión: en cómo
hacer para que cada una de las 84
medidas de política pública, divididas
en 9 objetivos prioritarios, trasciendan gobierno y nos permita avanzar en la
cualquier interés individual y sean
adoptadas e implementadas de
acuerdo con el plan.
Trascender un periodo de gobierno o,
incluso, el mandato de una autoridad
es un reto no menor. Muchas veces
he escuchado como respuesta ante
la consulta de por qué una autoridad
no prioriza tal o cual proyecto, que es
un proyecto que va más allá de su
mandato y que, en la medida en que
no podrá inaugurarlo, no le interesa
comenzarlo. Asimismo, el abordaje
de políticas que requieren de la
articulación entre sectores o niveles
de gobierno resulta sumamente
complejo y lo vemos, por ejemplo, en
el reto gigante de la gobernabilidad
de un recurso tan elemental como el
agua.
Solo como un breve paréntesis,
pues mucho se ha escrito sobre si
son suficientes o demasiados, o si
falta alguno en los objetivos, por mi
formación y actividad profesional
me resulta realmente positivo ver el
tema de la sostenibilidad ambiental
como uno de los objetivos priorizados
y, específicamente, el indicador
de residuos sólidos dispuestos en
rellenos sanitarios, además del
enfoque de economía circular y puesta
en valor de los recursos naturales,
realmente ambicioso y motivador.
Ahora, en aras de complementar lo
que se ha dicho y escrito respecto
del qué queremos hacer, me he
propuesto reflexionar y plantear
algunas ideas sobre cómo lo debemos
hacer para garantizar que tengamos
un plan vivo, que resista y supere la
coyuntura política, que trascienda
sectores, niveles y periodos de
agenda de competitividad de manera
que, en diez años, podamos sentir el
avance que implicaría que cada uno
de esos objetivos sea desarrollado
eficientemente.
Debemos tener en cuenta la acertada
frase que nos dice que no podemos
esperar resultados diferentes si
seguimos haciendo lo mismo o
abordando los retos de la misma
forma. Incluso, la manera en que hoy
se enfoca la política pública, orientada reto que significa llevar a cabo cada
a recaudar más dinero a pesar de
que son muy pocas las instituciones
que logran invertir su presupuesto,
debería generar una señal de alerta.
Necesitamos pensar en formas
diferentes de estructurar los equipos,
diseñar las hojas de ruta y plantear
las soluciones a aquellos temas que
ya sabemos que debemos resolver.
Y aquí hay mucha evidencia cercana
de cómo la innovación en cuanto a
formas de organizar equipos, asignar
recursos e incentivos, y plantear
objetivos puede ayudar a su logro.
Metodologías como Agile, que muchas
empresas ya están utilizando, tienen
que ser llevadas a la gestión pública
y aplicadas de manera transversal
a carteras ministeriales, niveles de
gobierno e, incluso, como pasa en
algunos exitosos casos, a niveles de
jerarquía dentro de las instituciones.
Para que la innovación pueda traer
los resultados que esperamos, es
importante tener al mejor equipo detrás
de la implementación de cada uno de
los planes que se tracen a partir de la
Política Nacional de Competitividad.
Contar con el mayor talento implica
definir los perfiles, buscarlos, atraerlos
y plantearles una propuesta de valor
lo suficientemente interesante como
para que su desempeño sea óptimo
y estén motivados más allá de por
una propuesta salarial (que, sin duda,
deberá ser competitiva), por una
promesa de propósito y trascendencia
que es la que la generación millenial
manifiesta estar buscando más allá
de la seguridad laboral o el pago a fin
de mes.
Con el mejor talento y a través de la
innovación, podremos abordar el gran
uno de los objetivos prioritarios para
ser más competitivos y productivos.