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PORTADA: ENERGÍA E HIDROCARBUROS
La razón principal son las medidas
que han tomado los Gobiernos para
evitar la propagación del coronavirus
y que contemplan, además del
aislamiento social, la prohibición de la un país deficitario.
circulación de vehículos particulares
y la operación de las industrias que
no son consideradas de primera
necesidad.
Si a lo mencionado le sumamos la
otra guerra comercial, aquella que
enfrenta a Arabia y Rusia, tenemos
la tormenta perfecta para contraer
la demanda global del petróleo. La
plataforma digital Oil Price estima que
en la actualidad existe un excedente
de 25 millones de barriles por día
y que los inventarios continuarán
incrementándose, lo que deprimirá
aún más el precio de este combustible.
Algunos analistas estiman que el
precio del barril podría caer hasta los
US$ 10, lo que sacará del mercado
a productores de mayor costo y,
en nuestro caso, confirmará que la
inversión en modernizar la refinería
de Talara constituye un grave error.
Por otro lado, algunos pensarán que
la caída de los precios del petróleo
beneficia a las industrias, pero eso
se concretará si y solo si les permiten
operar, lo que no está ocurriendo. Por
esa razón, seguiremos insistiendo
en que la economía no puede seguir
paralizada y que se debe retomar
las operaciones en condiciones de
aislamiento productivo en jornadas
flexibles de 15 x 15 días y horarios de
12 horas debidamente compensados.
En los campamentos petroleros,
las jornadas laborales flexibles
constituyen una práctica común que
algunas industrias podrían imitar,
garantizando condiciones adecuadas
de alimentación, higiene, salubridad
y hospedaje en el centro de labores
o en algún hospedaje local para
evitar mayores desplazamientos de
su personal, y extremar las medidas
de seguridad mientras se enfrenta
la emergencia. Al menos, para
escenarios como el del Perú, que es
Asimismo, si la demanda local no
se reactiva, los productores locales
de hidrocarburos podrían dejar de
operar definitivamente y, en adelante,
habría que importar la totalidad del
petróleo que se consume en el país
(en la actualidad, la industria petrolera Por otro lado, si bien es cierto
nacional abastece tan solo el 25% de
la demanda interna de crudo).
El último reporte de la Energy
Information Administration, del 27
de marzo pasado, informó que los
inventarios de petróleo alcanzan
los 13.8 millones de barriles que,
comparados con lo acumulado la
semana previa, cuando alcanzó 1.6
millones de barriles, demuestran lo
abrupto del frenazo registrado por la
economía mundial.
Otro actor que ha llevado a la caída
en los precios del petróleo es el
combustible esquisto, producido
por EE.UU. ¿Qué está en juego?
El repunte de la economía una
vez superada la emergencia del
COVID-19. Si mientras dure esta
crisis es posible sacar definitivamente
del mercado a algunos competidores,
tanto mejor. Los consumidores
premiarán a los más eficientes,
aquellos que cuenten con inmensas
reservas de crudo, pero también y en
simultáneo a quienes se encuentren
entre los productores de menor costo
de operación. La guerra entre los
grandes productores está declarada,
no sabemos cuánto durará ni quién
resulte vencedor. Hoy interesa
menos producir a pérdida si se logra
el objetivo final. Las cartas están
echadas y la decisión de proseguir
hasta el final también.
A la fecha, los entendidos del mercado
petrolero avizoran que Arabia Saudita
continuará inundando el mercado,
incrementando su producción,
mientras que los productores de
Texas estarían considerando un
eventual recorte para sostener un
precio base a sabiendas que sus
reservas son menores e insuficientes
para atender su mercado interno, por
eso han recurrido al esquisto.
que el coronavirus presenta una
situación inédita a nivel global, esta
circunstancia debería motivar la
reflexión de la opinión pública local
acerca de las medidas económicas
que permiten contar con las mayores
reservas de la historia peruana con
relación a su PBI, con lo que supera
a muchos países de América Latina
y, proporcionalmente, a economías
más grandes y desarrolladas. El Perú
está mejor preparado para enfrentar
la crisis que provendrá como
consecuencia de la paralización; pero
ello no es razón para malgastar. La
disciplina fiscal siempre será el mejor
imán para atraer inversiones, junto
a la seguridad jurídica que otorga
garantías y previsibilidad.